artes escénicas

Tiras cómicas de una sociedad (aún) machista

  • La compañía Laví e Bel de Emilio Goyanes presenta durante tres días en el Teatro Alhambra una obra que muestra con humor el mundo donde viven las mujeres

Las dos actrices protagonistas, Larisa Ramos e Isabel Veiga.

Las dos actrices protagonistas, Larisa Ramos e Isabel Veiga. / G.H.

"Pero pajarito, ¿otra vez buscando trabajo? ¿Te falta dinero? Papá te da dinero. ¿Te falta ropita? Papá te compra ropita. Éste es tu universo: el apartamento -y no la habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf en su famoso ensayo-. Tú y yo, los dos. El pájaro y la flor". ¿Cuántas mujeres, de todo el mundo y a diferentes edades, no habrán tenido esta conversación con su pareja? ¿Cuántas ayer? ¿Cuántas hoy? ¿Cuántas mañana? En el último espectáculo de la compañía granadina Laví e Bel, que hoy -y hasta el sábado- se lleva a escena en el Teatro Alhambra a las 21:00, se verán representadas este tipo de escenas cotidianas en la vida de cualquier fémina. El pan de cada día para usted, lectora, en una sociedad todavía machista y opresora.

Aunque su autor y director, Emilio Goyanes, avisa de antemano "por lo que pueda pasar": "No es una reivindicación de nada, ni un espectáculo que hable sobre la violencia de género". Vuela -así se titula la obra- habla sobre el mundo de las mujeres visto desde diferentes miradas: la de una niña peruana, la de una limpiadora en un museo de armamento ruso, la de una madre y su hija adolescente, la de un hombre machista, la de un marido infiel, incluso "desde el punto de vista de las propias actrices", explica Goyanes, que cree que ese proceso hacia la igualdad "es imparable, a pesar de que haya algunos descerebrados, incluso mujeres, que no lo entiendan".

A lo largo de una hora, Isabel Veiga y Larisa Ramos, las únicas intérpretes encima del escenario que le propusieron a Goyanes hacer Vuela, se enfundarán en una decena de trajes, de papeles, de roles preestablecidos. Habrá hombres machistas y mujeres feministas, por supuesto, pero también mujeres machistas y hombres feministas -aunque pocos-. "En este relato, ni todos los hombres son malos, ni todas las mujeres son buenas. Ese discurso frena el proceso de extensión de ese fenómeno del que te hablaba, de la igualdad. Intentamos hablar en positivo para que ese proceso siga adelante. Hay que pensarlo como una fiesta, no como un combate a muerte. Me considero feminista, estoy por la igualdad, pero no me gusta el machismo ni el hembrismo", reflexiona el director de la compañía.

¿Que hay en común entonces en todas esas mujeres y en todos esos hombres? "Todo y nada a la vez. Cada persona es un mundo muy complejo y maravilloso, al igual que los propios personajes. Nosotros defendemos el punto de vista más humano, más cercano. Ambas actrices interpretan a personas que sufren, que viven, que disfrutan", resume Goyanes. El objetivo, en palabras del artífice de este montaje arrebatador, atrevido y dinámico, es "poner sobre el escenario cuestiones para que el público se haga preguntas y se coloque en algún lugar". "Nosotros tomamos nuestra posición humildemente, pero eso no significa que unos estén equivocados y otros no", reconoce Goyanes.

Durante el montaje "menos cabaretero de los últimos años", apunta el autor, Veigas y Ramos se servirán de herramientas que son ya señas de identidad de la compañía fundada en 1992: su poquito de música -no tiene desperdicio la escena con Tú eres mi mario de Concha Piquer-; una ración de teatro popular de vanguardia; y una buena dosis de crudeza y humor en los diálogos. Esta manera de hacer teatro, en palabras de Goyanes, es "una manera de pensar en el viejo oficio haciéndolo evolucionar hacia otro lugar sin renunciar a la versatilidad de la interpretación, de cantar, de bailar, de hacer clown, porque este oficio es mucho más que unos actores hablando muy bien".

¿Machista yo, que te compré la plancha? ¿Machista yo, que te llevo los calzoncillos sucios al cesto? ¿Machista yo, que te recojo a los niños?", dice en voz alta una de las actrices en el papel de un hombre durante una escena que a todos les sonará seguro. Un marido ve el fútbol entusiasmado mientras su consorte intenta contarle sus problemas diarios. Vuela no es más que una serie de "tiras cómicas", en palabras de su director, sacadas por desgracia de una sociedad todavía machista.

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