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Unamuno y Millán Astray "reviven" su encuentro en el Teatro Alhambra

  • El espacio del Realejo acoge esta noche y mañana la puesta en escena de 'Cantando bajo las balas', de Antonio Álamo, con la dirección de Álvaro Lavín

Día 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. En escena, el cadáver invicto del general José Millán Astray, fundador de la Legión.Es la sinopsis de Cantando bajo las balas, la crónica -en clave cómica y musical- del primer acto oficial franquista de la historia que se representa esta noche y mañana en el Teatro Alhambra. Cantando bajo las balas, una obra de Antonio Álamo con la dirección de Álvaro Lavín , narra el histórico acto cuyo gran ausente fue, curiosamente, el mismo Francisco Franco, que no obstante envió en representación de él a su mujer, Doña Carmen Polo. Allí figuraban otras personalidades, a algunas de las cuales se las cita en la obra, pero dos de ellas se hicieron con el total protagonismo de aquella mañana: el general Millán Astray y Miguel Unamuno, que para espanto de todos se enfrentaron con una violencia inesperada, llegando casi a las manos, al punto de que este último estuvo a punto de ser linchado por los legionarios y los falangistas presentes, algo que sin duda hubiera sucedido si no llega a mediar la protección de Carmen Polo.

"En mis cuadernos escolares resulta como mínimo extravagante encontrarse con una escritura arcaizante que imita a la perfección todos los defectos de la prosa seca y espectral de Miguel de Unamuno", rememora Antonio Álamo. Si bien Cantando bajo las balas parte de la "extrañeza "ante la ambigua adhesión al régimen franquista de Unamuno, el tema "me llevó a consultar hemerotecas para intentar informarme de las reuniones que mantuvieron Franco y Unamuno en Salamanca, primera capital franquista al comienzo de la guerra civil, se acaba centrando en un solo día y en un solo personaje de carácter muy distinto, también fascinante aunque por otros motivos, el General José Millán Astray y Terreros, fundador de la Legión y primer jefe militar de Franco en la campaña africana".

Según el escritor, "la sed de eternidad era equivalente en ambos hombres, pero no así los instrumentos de los se querían valer para alcanzarla: la razón y la violencia, una vez más, enfrentadas, y, en medio, España, España y sus muertos.

En la obra, Millán Astray habla en presente, pues en su "delirio de glorias y réquiems aterradores " todo sucede "aquí y ahora". "Delirantes eran los tiempos que le tocó vivir, y de ellos se dispone a dar cuenta este reluciente despojo, interrumpiéndose con un batiburrillo de canciones legionarias acompañadas al piano.

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