Bilbao se convierte estos días en un museo a cielo abierto gracias a la exposición de diecisiete esculturas monumentales de Manolo Valdés en la calle Ercilla, una de las zonas peatonales más transitadas de la ciudad.
Estas esculturas de hierro y bronce de Valdés, cinco de las cuales son inéditas, se inspiran en los clásicos y en los grandes iconos del arte para recrearlos con después con libertad y en líneas más simplificadas. Así, los viandantes bilbaínos conocerán la particular versión de Valdés de La dama de Elche, Las Meninas o la gran Odalisca de Ingres. Y lo harán, además, de primera mano, ya que una de las principales características de estas esculturas es que están pensadas para ser tocadas.
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