El Valle de Lecrín se ha convertido en un enclave de ensueño donde los jóvenes artistas dejan volar su imaginación para volcar sobre sus creaciones un sinfín de ideas inspiradas en la naturaleza. Las Becas Al Raso conceden cada año la oportunidad a un grupo de diez jóvenes de desarrollar sus aptitudes sobre un lienzo, una escultura o un montaje. Desde hace ocho años, la Facultad de Bellas Artes de Granada, en colaboración con el Ayuntamiento de Lecrín, la Diputación de Granada, la Junta de Andalucía y CajaGranada, convoca la beca que tiene el objetivo de llevar el arte a la aire libre sacando fuera del entorno habitual de las aulas a los alumnos.

La naturaleza y sus elementos crean un ambiente distinto, lejos de la formalidad de la Facultad, en donde todos los trabajos están guiados por el academicismo, las notas y los profesores. Durante el mes de julio, los pueblos de la comarca de Lecrín se convierten en el espacio de estudio de los alumnos, donde "las creaciones artísticas brotan por sí solas", comentaba Pilar Soto, una de las alumnas a la que han concedido la beca. "En estos quince días hemos aprendido muchísimo de la madre naturaleza, que nos aporta una filosofía distinta y ayuda a conocernos a nosotros mismos".

El pueblo y sus alrededores otorgan a los estudiantes la fuerza y la energía necesaria para ponerse 'manos a la obra'. Todo esto se consigue con un programa que incluye, además de los talleres didácticos, actividades y excursiones por los enclaves naturales de la zona, que les sirve para ir adquiriendo ideas sobre las formas y materiales que pueden utilizar en sus proyectos. Elementos como piedras, hojas o maderas son los ingredientes perceptibles a una una receta única y totalmente distinta a lo creado anteriormente.

En esta edición, el resultado de los trabajos tiene un denominador común: el uso de la luz como eje principal, siendo trabajada por cada uno de los artistas según su forma de entenderla. Algunos la tratan a nivel físico, con bombillas o instalaciones y otros a nivel metafórico llevando sus creaciones al nivel de lo reflexivo y espiritual.

Entre las actividades programadas destaca la visita de artistas y expertos para trasladar sus conocimientos y experiencias a los alumnos. Los invitados especiales proponen otros proyectos paralelos a los que están desarrollando. Por ejemplo, María Ángeles Barbado les instó a crear un espacio determinado por un sentimiento o sensación que han tenido en un momento dado. El primer paso fue escribir un texto en el que se explicaban esas sensaciones y, a partir de él, consistía en crear el espacio correlativo.

becados

Anca Luiza Sirbu, Pilar Soto, Luis Alhama, Alegría Castillo, Elvira Correa, Alba Dalman, Reyes Revilla, Pepa Salas, Alejandro Del Valle y Sofía León. Diez artistas y diez formas de ver la luz y su simbolismo. Soto quiere hacer un homenaje a la mujer de Restábal y a las costumbres más tradicionales que giran en torno a ella. La retrata y a partir de la foto recoge la expresión de su cara y la textura de su piel para crear carteles publicitarios con un eslogan que la defina.

En cambio, para Alba Dalman, la luz se expresa en forma de fotografía digital y de pintura. Buscó un objeto del entorno y lo convirtió en el eje de su trabajo: un escarabajo. Además combina grados de iconicidad muy extremos de la imagen, pasa del realismo absoluto a lo totalmente abstracto. Los paisajes de la zona son otro elemento esencial en su trabajo, y los manipula para crear todo lo que el entorno le sugiere.

Alegría Castillo, por su parte, trabaja con la percepción de sus compañeros, a los que les reparte cada día un dibujo para que lo copien, y con todos ellos creará fotogramas, en los que la animación va a depender de las diferencias entre las copias.

El cómic es uno de los formatos que también están presentes entre los proyectos. Es el de Sofía León, que se encuentra confeccionando un libro donde refleja escenas de la experiencia que están viviendo. Asimismo hay propuestas más alternativas, como la de Pepa Salas, que sorprende a sus compañeros con una creación basada en sinestesia. A cada uno les ha otorgado un número y un color, y después los plasmará en figuras de arcilla. Ella misma ha llamado a su obra Fautismo.

Mientras tanto Luis Alhama desarrolla en un antiguo molino de la zona su propio espacio a partir de su estructura y de luces artificiales; y Elvira Correa se ha trasladado a una casa situada en la cima de la montaña en la que está montando un retablo con maderas que encuentra en los alrededores. Confiesa que "la naturaleza es la divinidad, la que da a las personas todo lo necesario para crear", pero considera que la Humanidad se está olvidando y por ello trata de realzar esta importancia en su obra.

Estos son sólo algunos de los proyectos que se están gestando en Restábal, y todos ellos se expondrán durante tres días con motivo de las fiestas del pueblo. Además, se ha restaurado un antiguo edificio que se convertirá en un museo, destinado a exponer al menos una obra de cada uno de los alumnos que han pasado por Restábal a lo largo de estos ocho años. La idea es crear un museo que sirva como reclamo del turismo rural y cultural que se desarrolla en la zona.

Los becados afirman que los proyectos están evolucionando en una dirección totalmente distinta a la que originalmente iban a seguir y todos cuentan con las aportaciones y las sugerencias del resto de sus compañeros. "Todos veníamos con un proyecto muy claro y muy cerrado, pero al final van a salir trabajos muy distintos que nunca pensamos que podríamos llevar a cabo", afirman.

A la cabeza de todos los alumnos se encuentra Víctor Borrego, profesor que se encarga de coordinar la beca y les ayuda a sacar lo mejor de cada uno y a guiar su trabajo en la dirección más adecuada. Borrego confiesa que Becas Al Raso da a los alumnos la oportunidad de trabajar en su propio estudio con todo el tiempo que necesitan. Además considera que, el entorno en el que se lleva a cabo es "idílico", lo que favorece mucho la creatividad.