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Los argumentos del proceso creativo

  • El Palacio de La Madraza acoge una exposición de José Miguel Chico López, uno de los artistas más sensatos Tras un tiempo apartado de los circuitos ha vuelto con fuerza

A José Miguel Chico López lo tenemos en el universo artístico como uno de los artistas más sensatos y serios que uno puede encontrar. Desde muy joven hizo las cosas muy bien; con entusiasmo, clarividencia y mucha sapiencia creativa en torno al planteamiento de una idea. Sus obras siempre han estado respaldadas por un concepto muy bien concebido y llevadas a cabo con una acertadísima resolución plástica. Fue un artista con mucha fortaleza cuando salió de la Facultad, consiguiendo un status de autor emergente, con mucho que decir -comenzó a hacerlo desde muy pronto- y con un porvenir muy diáfano del que todos estábamos convencidos. Estuvo un tiempo apartado de los circuitos porque quiso, porque lo necesitaba o porque su criterio creativo así lo demandaba, lo que justifica su importancia y su lucidez -desgracidamente, en la plástica hay muchos que no tienen nada que decir y siguen apareciendo una y otra vez, sin nada que aportar, dando con ello muestras de su poco sentido profesional-. Chico López ha vuelto con muchísima fuerza, planteando sus importantes postulados creativos y volviendo a significar la gran disposición de su artista con el que hay que contar siempre y en todas las circunstancias.

La presente comparecencia del artista nacido en Linares en la Madraza granadina es toda una declaración de intenciones. Su obra nos plantea un aspecto de la propia creación, del sentido del arte, de su realidad intrínseca. A lo largo de las dos salas de este gran espacio expositivo que es la antigua Universidad de los árabes nos encontramos un auténtico proceso creativo; las obras parecen extraídas del taller del artista y colocadas en las paredes a la espera de que el ambiente artístico, la mirada de los espectadores, la posición museográfica, la opinión de los que las contemplan, la crítica de los expertos, la imposición conceptual y artística de la propia historia de la plástica contemporánea, incluso, la realidad cronológica en la que se presentan, impongan su potestad y les concedan abiertas lecturas que podrán ser, en la mayoría de los casos, diferentes a los criterios con las que fueron concebidas por el propio artista y desarrolladas plásticamente, siendo, en muchos casos, las últimas definitivas consideraciones con las que pasarán a la historia.

La exposición se nos plantea con muchos argumentos plásticos. El autor se vale de todo tipo de elementos para conformar piezas diferentes donde el denominador común es la propia obra de arte. Ésta se nos ofrece como una especie de organigrama compositivo y estructural donde las situaciones constituyentes se nos aparecen en pleno proceso, dejando entrever sus múltiples circunstancias plásticas a la espera de que la realidad del arte les imponga su definitiva potestad y consideración. Chico López nos ofrece el proceso de la obra, su desarrollo, su progreso, su argumentación plástica, los múltiples planteamientos que el artista dispone para su formalización; después vendrán registros mediatos que actuarán sobre la misma para llevarla a sus infinitas posiciones significativas.

Con esta exposición José Miguel Chico López se adentra en el análisis de las consideraciones que intervienen en el proceso creativo, también en la propia realidad del arte y sus circunstancias, en los conceptos creativos de la contemporaneidad artística y los postulados que intervienen en sus múltiples conceptos creativos.

De nuevo nos encontramos con la obra de un artista diferente, que aporta nuevas situaciones a un arte necesitado de distintas y novedosas proposiciones. Chico López acude a ellas y plantea los esquemas donde la obra se formaliza a la espera de los infinitos asuntos que, en ella, van a intervenir, para hacerla, probablemente, nueva y distinta a lo que el propio artista habría querido.

José Miguel Chico López vuelve a la escena expositiva con todo el poder convincente con el que había hecho gala desde que surgió como artista. Ahora, en plena joven madurez, nos encontramos a un creador solvente y trascendente, que desarrolla un arte personal donde el concepto poderoso de su idea artística se lleva a cabo con seguridad y excelencia.

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