Actual

Cuatro artistas alertan sobre la obsesión por la belleza y el cuerpo

  • El Café Botánico acoge este mes la muestra 'El infortunio de los feos'

El Café Botánico acoge hasta el próximo 25 de abril la exposición colectiva de Susana Nuín, Enrique Xastillo, Radio Zurich y Paco Gris El infortunio de los feos, en la que se critica cómo la estética de la belleza y de los cuerpos perfectos ha terminado imponiéndose en la sociedad y esclavizando al ser humano.

Se trata de 27 piezas, entre cuadros y esculturas, en las que se revela la naturaleza interna del ser humano, se muestran sus órganos y se denuncia la obsesión por la apariencia. "Vivimos en función del sexo, y éste necesita despertarse, ser estimulado al precio que sea: gimnasios, playas, publicidad", explica Paco Gris. "Estamos obsesionados con nuestra imagen hasta el punto de someternos a múltiples operaciones de cirugía. La decadencia del mundo en que vivimos y consume nuestras vidas hace que tengamos una única obsesión: tomar posesión de un cuerpo perfecto".

A través de los cuadros, los cuatro artistas reivindican la naturalidad del ser humano en toda su dimensión. "La insumisa fealdad cuelga de estas paredes", dicen los creadores de la muestra, "porque no podemos arrancarnos la prueba del delito sin hacernos daño, pero sí mirarnos desde ese afuera que nos sueña mejores: el arte".

"Aquí no se expone el zapato de la geisha, el corsé con el que el rey deformaba a su gusto el cuerpo de la reina ni el monstruo de siete cabezas de Policleto de Argos", añaden. "Aquí sólo hay texturas, óleos: no son seres humanos, pero tiemblan con un rumor análogo. Sólo [son] trazos, pero, secretamente, nos desatan".

Cuadros como si fuesen radiografías, rostros a los que les falta la nariz, seres que parecen marcianos con un ojo sobre otro pueblan las paredes del Café Botánico para recordar lo efímero de la belleza, el constante cambio del canon estético, la futilidad de la perfección.

"Anorexia, vigorexia, bulimia y otros trastornos son una epidemia que se va extendiendo entre las sociedades industrializadas y afectan sobre todo a los adolescentes, y crean la alarma entre los especialistas de la medicina y los sociólogos", apunta Paco Gris. "El cuerpo como escaparate, la belleza sin sentimientos, el asesino sin motivos".

Los cuatro artistas, de muy diversa procedencia y con obras absolutamente personales, apuntan que entre las obras se mezclan dos sintonías: "Mientras una resultan tremendamente elocuentes, otras son obstinadamente mudas".

"Como en una especie de pesadilla", señala Paco Gris, "contemplamos con inquietud cuerpos que no son cuerpos, fragmentos desprendidos de ellos que acentúan el carácter de exvotos de algunas piezas".

Se trata de cuatro formas de abordar el problema en que se ha convertido la obsesión por la belleza y que dialogan entre sí a lo largo de la exposición como una advertencia de que la sociedad del bienestar comienza a llegar a su fin.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios