El Circo del Sol continúa con las funciones de Varekai en Granada durante este fin de semana hasta mañana, que cierra con doble función a las 17:30 de la tarde y a las 21 con pase nocturno. El bosque bajo el volcán es una nueva realidad creada por la compañía que embelesa y traspasa a su auditorio función tras función y proyecta ilusiones en una floresta inigualable. Sus artistas -que también son actores en este espectáculo de historia potente- crean imágenes surrealistas basadas en las acrobacias y el color. La atmósfera, una red de realidades fundidas con las variadas disciplinas artísticas, construyen el relato de Varekai.

Sin embargo, para conseguir que el pincel vuele y coloree la escena una vez se apagan las luces, antes es necesario abrir y mezclar las acuarelas para crear el color perfecto. Una vez terminada la mezcla, los mil colores de Varekai viajan hacia las retinas de los asistentes.

El trabajo previo -acuarelas y pinceles- van de la mano de todas las modistas y maquilladoras del Circo del Sol, ellas son el equipo discreto que en el backstage se encarga de que la magia colorista de Varekai surta efecto.

Entre bambalinas, y antes de que el espectáculo de comienzo este grupo revisa minuciosamente cada traje, peluca, sombrero y milímetro de maquillaje de los artistas.

Así mismo, en las horas previas se las puede ver sentadas en sus mesas de trabajo, reparando un sombrero lleno de púas de color rojo, amarillo y naranja de uno de los pájaros, o pegando plumas al gorro de Ícaro.

También poniendo en orden los gigantescos baúles que utilizan para transportar por toda Europa su mercancía de telas y maquillaje.

En una esquina de la sala se observa un gran frigorífico de puerta transparente, y tras ella al menos cincuenta botes de maquillaje de todas las tonalidades de color, que necesitan frío para llegar a punto a los rostros visibles de Varekai.