La entrevista

un canto al amor y a la paz

  • El músico estadounidense lanza 'It's time for a love revolution'

Lleva 19 años cantando a la paz y al amor, temas recurrentes que Lenny Kravitz mantiene en su nuevo disco, It's time for a love revolution, donde vuelve a hacer un gran llamamiento: "Son los pequeños pasos los que hacen que el mundo mejore", ha dicho hoy a su paso por España, donde actuará este verano.

"El mundo es mucho peor a como solía ser hace 20 años", opina un Lenny Kravitz consagrado a la espiritualidad y con un nuevo álbum de estudio ya en el mercado, el octavo de una carrera que comenzó con el mismo mensaje que este último, bajo el nombre "Let love rule" -"Deja que el amor mande"-.

Si tuviera que elegir entre Dios y el rock Kravitz no duda ni un momento en elegir al primero: "Él lo es todo y lo escojo para todas las cosas". La revolución de amor que propone el músico estadounidense se materializa en las 14 nuevas canciones de este disco, It's time for a love revolution (EMI), que presentará en directo el próximo 29 de mayo en el Recinto Ferial de Vigo para luego acudir a los festivales Bilbao BBK Live'08 -5 de julio- y Rock in Rio en Madrid -6 de julio- y finalmente al Pavelló Olimpic de Badalona -8 de julio-, confirma su página web.

En It's time for a love revolution vuelve a mezclar el rock clásico con jazz, funky y soul y cuenta con dos sencillos de presentación que muestran la doble vertiente del músico hasta ahora, el guitarrero Bring it on y la balada I'll be waiting.

Si alguien cree que el músico lleva haciendo lo mismo en los últimos años no va a ser él quien lo niegue: "Hago música de una forma bastante sencilla, con instrumentos reales, y fundamentalmente mantengo un mismo sonido. No voy a pasarme al techno ni nada por el estilo", ha asegurado Kravitz. Aunque, por otro lado, el músico sí deja una puerta abierta a cierta experimentación, consciente de que está en "una primera fase" de su carrera y que "aún queda mucha música por explorar" en la restante, donde va a profundizar mucho más y va a disfrutar de mayor libertad, considera.

Ha sido en Brasil, una de los países a los que ha viajado para grabar el álbum, donde ha encontrado mayor inspiración, "en la energía que desprende su gente y en sus músicos desconocidos", recuerda Kravitz, quien confiesa escribir para sí mismo, mantener un diálogo interior a través de sus letras.

Tampoco va a ser él quien desmienta la fama de maniático del control que le precede, tras cantar, componer, producir, mezclar y tocar la mayor parte de los instrumentos en este trabajo.

"Disfruto haciendo todas esas cosas, todas ellas son mis pasiones e imprimen mi esencia al disco. Si dejo a otro la responsabilidad de alguna de ellas el resultado final sería menos personal. Además así no tengo que convencer a nadie de lo que quiero en el estudio de grabación".

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