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El canto redentor

Fecha: jueves 4 de febrero. Lugar: Planta Baja. Aforo: 3/4 de entrada.

Amparo Sánchez ha protagonizado la última entrega hasta la fecha de la serie PlantaBásico, una estupenda iniciativa por la que la sala invita a destacados artistas del panorama local, que normalmente presentan su trabajo en recintos de mayor aforo, a hacer lo propio reduciendo el equipaje a lo esencial. Si antes fueron José Ignacio Lapido y Antonio Arias, el jueves le llegó el turno a la alcalaína que paseó por el mundo su lado más fiestero al frente de Amparanoia. Ahora parece haberse desprovisto de la fanfarria y el colorido de aquel proyecto para mostrarnos su cara más íntima y sosegada. Han sido doce largos e intensos años en los que ha tenido ocasión de patear el mundo y conocer tantas caras como para confundirlas. Tal vez por eso haya sentido que ha llegado el momento de soltar el lastre de su paranoia, pararse un poquito a pensar y hacernos algunas confesiones a media voz y ritmo pausado.

Sobre las tablas apareció agarrada a su guitarra acústica y acompañada por el buen hacer de Jordi Mestres a la eléctrica. Los sutiles y precisos arreglos con que el catalán arropó sus canciones se antojaban los idóneos para el tono confesional que imprimieron a su actuación. Pero además, es que ese mismo tono confidencial y de redención es el que rezuma su último trabajo, el álbum Tucson-Habana que acaba de poner en circulación estos días y el primero después de muchos años que firma con su propio nombre. No es un gesto gratuito ni casual, pues efectivamente Amparo se encuentra en un momento de transición, de esos en los que uno echa la vista atrás para recapitular, respirar profundamente en un suspiro de los que conmueven y armarse de valor para seguir adelante.

El disco está grabado con una banda completa, chelos, trompetas, contrabajo, batería y guitarras con la ayuda de sus amigos de Calexico en Tucson, primero, y en La Habana, después. Pero a pesar de ello su tono melancólico y su temática nostálgica se adaptan como la mano al guante al formato acústico que planteó en su concierto del jueves. Y así prácticamente todo el repertorio que interpretó es el que ha incluido en el nuevo álbum. Un viaje que empieza en las polvorientas calles de Arizona, se empapa de las perezosas cadencias que impone el calor del desierto para ir poquito a poco acercándose a los mares del caribe, a los ritmos soneros y a los lamentos arrastrados de los boleros. Desde la sinceridad que se transmite cuando se pone el corazón abierto, con sus cicatrices, en la interpretación. Y así completó una actuación más en Planta Baja, aunque esta vez muchos descubrimos un ansia redentora inédita en otras ocasiones.

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