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La capital del duende creativo

Da alegría observar cómo en estos tiempos de tribulación económica y desencuentros institucionales, Granada la ciudad del duende creativo donde poesía y literatura se solapan en sana armonía, haya subido por fin al pedestal mundial de la Unesco como urbe nombrada para éstas dos disciplinas que han construido en el alma humana granadina un altar para la belleza de las letras. El camino ha sido largo y tortuoso y en él las instituciones implicadas y los organismos civiles han jugado un gran papel al no entorpecerse mutuamente en esta delicada senda donde el desencuentro hubiese tumbado las aspiraciones granadinas y hoy felizmente gratificadas por el nombramiento Unesco.

No sólo el esfuerzo ha sido oficial, institucional y político a la hora de esgrimir ante la Unesco las cualidades que detenta Granada para serle reconocido su gran bagaje poético y literario. De las viejas glorias no se vive si no se adecuan sus herencias al tiempo presente. Y este tiempo presente no sólo queda circunscrito a elevar centros culturales de poetas muertos o de premios internacionales que se premian para el electorado local y que fuera de Granada no encuentran su eco internacional. Granada reúne hoy día uno de los mejores patrimonios vivos tanto en la poesía actual como en la literatura. Granadinos nacidos a intramuros o adoptados de extramuros siguen manteniendo hoy día la llama de la poesía viva y de la literatura inquieta, rebelde y librepensadora en Granada. Los recitales periódicos de los círculos poéticos granadinos -a los que la Unesco ha valorado también para premiar a nuestra ciudad-  han contribuido con ello a su engrandecimiento como urbe existencial que continúa el camino trazado en el alma de sus poetas inmorales de pasados gloriosos donde civilizaciones de oriente y occidente se asentaron en Granada "para la eternidad de Granada la Bella" como diría Ángel Ganivet.

El reto ahora es elevar a la cultura poética y literaria granadina -no oficial ni oficialista- al rango de cultura de la transmodernidad y atender sin censura previa ni caprichos de cortijo particular a los poetas y escritores de nuestra tierra que todavía no necesitan centros culturales ni rutas de tapas para que se conozcan sus trabajos del presente donde su poesía y literatura brillan con luz propia.

Esperemos que no sea Emucesa y su legión de aprovechamientos funerarios con sus batallones de plañideras quienes urdan este nombramiento universal y pronto quede circunscrito al camposanto del infortunio, donde haya que ser un poeta muerto para que alguna institución local o autonómica se anime a editar versos llenos de magmatismo emocional donde el réquiem de Mozart suene antes que una trompeta anunciante de que "hay un nuevo príncipe en Dinamarca". Gestionar este nombramiento Unesco es y será el reto más inmediato. Y para esta apuesta unimos fuerzas poetas de cuatro de los cinco continentes donde desinteresadamente apoyamos éste proyecto hoy alcanzado con más de un millón de adhesiones y firmas de poetas y círculos poéticos internacionales que nuestro Ayuntamiento supo elevar a la Unesco, como prueba universal de que Granada es algo más que una ciudad histórica y que va más allá de su pasado al ser y sentirse una urbe creativa en poetas y escritores del presente que buscan también su futuro. Un futuro inquieto que incluso una institución militar como es el MADOC supo identificar al editar hace unas semanas atrás una antología poética granadina inédita titulada Con. viencias de España donde siete de los mejores poetas granadinos de ahora nos han dejado una herencia sentimental única e irrepetible. Y el año que viene se anuncia una segunda y novedosa antología más.

Ahora deberán ser las instituciones civiles las que deberán atender a nuestros poetas y escritores ayudándoles a divulgar sus minuciosos trabajos. La Unesco, sin duda, lo tendrá en cuenta para que éste nombramiento tenga sentido y no se extravíe entre premios internacionales de poesía que pocos reproducen y en centros culturales de compleja ubicación que se repiten como grandes superficies donde, precisamente ahí, ni poetas ni escritores por ahora tienen cabida. Pese a todo ello Granada ha hecho un excelente trabajo con sus instituciones y sus poetas. Enhorabuena Granada.

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