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El catecismo republicano de Barrio

Resulta paradójico que en medio de la tendencia actual de recuperación de voces y testimonios personales de las víctimas de la represión franquista y de la notable tarea de rehabilitación que han emprendido fundaciones vinculadas a organizaciones políticas y sindicales, la memoria institucional de la República siga siendo la gran olvidada del panorama historiográfico español.

Diego Martínez Barrio, presidente del gobierno de la República y de las Cortes del Estado en la última etapa de la Guerra y durante el exilio, es ejemplo paradigmático de esta ignorancia, acentuada, en su caso, por las descalificaciones que Alejandro Lerroux y Alcalá-Zamora vertieron sobre su persona.

Deshilar su historia, en la que se cruzan las sospechas de sus correligionarios con las condenas de sus enemigos declarados, para recuperar con objetividad la dimensión real del hombre y del político, no es tarea fácil y una manera, inteligente, de empezar a hacerlo es dejando al protagonista que se defienda con su palabra como ha conseguido, permaneciendo en un discreto segundo plano, el profesor Leandro Álvarez Rey. La recopilación que ha reunido, después de años de investigación en archivos públicos y privados, puede calificarse de enciclopédica. Más de ochocientas páginas de discursos, mítines, artículos de prensa, alocuciones radiofónicas, apuntes y evocaciones personales... organizadas en ocho secciones desde la juventud al destierro. En conjunto, los textos permiten trascender la dimensión del prócer republicano para erigirse en ejemplo de una actitud de servicio al orden y a la democracia que, lamentablemente, no fue secundada por toda la izquierda republicana.

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