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El cine familiar menos apto para la Navidad

  • Un libro analiza películas diferentes sobre vínculos de sangre como 'Infiel' o 'Yi Yi'

Aunque en Navidad el cine apunta a la familia feliz, los vínculos de sangre son también foco de drama y conflictos de profundo calado, como refleja el libro Retratos de familia, un análisis de la crisis de esta institución que compara los filmes Infiel, de Liv Ullmann, y Yi Yi, de Edward Yang.

"Hay un cine que construye familia y hay un cine que la destruye. Uno que la sustenta con los ojos cerrados y otro que la analiza y entabla un diálogo con ella. Este último es el que nos interesa", explica Aarón Rodríguez, autor junto a Faustino Sánchez de Retratos de familia (Editorial Shangrila).

"Lo más fácil es acercarse a uno de esos polos y olvidarse del otro. Es lo que hacen tanto el cine comercial de Hollywood o el cine de autor que se va al extremo más aberrante", explica Sánchez; y huyendo de los extremos encontraron estas dos películas.

Infiel es uno de los últimos guiones filmados del maestro de la gravedad, Ingmar Bergman, filtrado por los ojos de su antigua pareja y musa, Liv Ullmann. Yi Yi es una de las piezas fundamentales del cine oriental de principios de siglo XXI y dio al taiwanés Edward Yang el premio mejor director en Cannes.

Ambas cintas, estrenadas en el año 2000, "son como una operación quirúrgica de la familia: son sistemáticas, frías, muy cerebrales y permiten ver capa a capa", explica Rodríguez. En la frontera entre dos siglos, en dos culturas tan distintas como la escandinava y la oriental, unidas por sus dificultades para educar las emociones, la comparativa pasa por analizar conceptos como paternidad, infancia, sexualidad y realización profesional.

"Infiel es epítome de cierto liberalismo moral de doble filo. Es una catarsis brutal a partir de no saber manejar las herramientas sociales de forma íntima", explica Sánchez García. La ruptura de esa familia a causa de la atracción de una mujer por el mejor amigo de su marido sirve a Bergman para llevar al límite todas las obsesiones que cruzan su corpus creativo.

"Infiel es una película a priori más despegada de la tradición espiritual, pero en ella están la culpa y el remordimiento por todos lados. Son fallos heredados del sistema mítico", explica Rodríguez.

Yi Yi, por su parte, apuesta por un tapiz más luminoso de las relaciones utilizando como detonante la celebración de una boda, sin renunciar a mostrar la luminosidad de los vínculos de sangre. "Se percibe una cierta empatía del director hacia el niño, puesto que Yang que se siente más aislado del mundo de los adultos. Muestra una infancia de paraíso perdido, en el que descubres cosas y el descubrimiento es el objetivo vital y artístico de Yang".

Pero Retratos de familia, más allá del análisis fílmico de las obras que lo hilan, reflexiona sobre la familia en sí, intentando sobrevivir en su concepción tradicional en un mundo de fluctuación constante. "A día de hoy, intentar aferrarse al concepto tradicional de familia es un error teórico, significa dar la espalda al mundo en el que vives. Pero hay que pensar en cómo construir mejor los nuevos modelos de familia", explica Aarón Rodríguez Serrano.

Faustino Sánchez García, en cambio, ve la familia como "una necesidad a nivel íntimo, de crear algo entre un grupo de personas y por eso no necesariamente tiene que atenerse a los códigos tradicionales", explica.

Tanto Infiel como Yi Yi exploran la relación de la familia en un mundo de competencia profesional brutal. "Para la empresa la familia no existe, se concibe más como un problema", explica Rodríguez. Por no hablar de las reglas que afectan a la vida sexual con la apertura de libertades y los cambios en los roles de género.

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