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Un corazón con retales de ciudades

  • El Teatro Isabel la Católica acoge esta tarde la proyección de 'El mapa de Carlos', un documental que recorre a través de anécdotas y recuerdos de amigos la vida y la figura artística de Carlos Cano

Dicen que la vida de un hombre se puede contar a través de sus amigos, que lo mejor de su legado es el recuerdo que deja entre los suyos. De ser eso cierto, ni toda la eternidad sería suficiente para recordar la figura de Carlos Cano, hombre y artista. A punto de cumplirse once años de su muerte -falleció el 19 de diciembre de 2000 tras sufrir una grave crisis coronaria-, la tierra que lo vio nacer se abre de par en par para acoger esta tarde en el Teatro Isabel la Católica la proyección de El mapa de Carlos, un documental que traza la vida del cantante a través de las cinco ciudades que le marcaron a fuego.

"Granada, Sevilla, Cádiz, Nueva York y La Habana son las piedras en el camino vital de Carlos Cano y son elementos esenciales para contar su historia", explica José Manuel Rodríguez, productor y guionista de El mapa de Carlos.

Familiares, amigos como Enrique Morente, Antonio Gala, Martirio, Clara Montes, Julio Pardo, Diego de los Santos o Antonio Martín y personas tan vinculadas a su vida como el doctor Valentín Fuster o su biógrafo, Juan José Téllez, construyen a través de recuerdos y anécdotas este viaje sentimental por la vida de uno de los granadinos más universales.

Todo arranca, como no podía ser de otra forma, en Granada, su "patria chica". El documental explora, según su guionista, la relación de "amor/odio" que Cano tuvo con su ciudad. Ella reúne los recuerdos del cantaor Enrique Morente, de Martirio, de Raúl Alcover y de Alicia, la viuda del cantante, una aportación "esencial" para El mapa de Carlos. "Toda la familia ha sido muy generosa con nosotros. Comprendían nuestra intención y han agradecido el cariño con el que se ha hecho el documental a una figura que en los últimos años ha estado incluso silenciada en su ciudad", añade.

El viaje sentimental continúa en Sevilla, donde el autor de La Verdiblanca se hace firme en su compromiso político gracias a la figura de Diego de los Santos y donde se involucra en el movimiento andalucista. Allí también siente el desencanto del utópico que se suma a todas las reivindicaciones que considera justas y que se topa con una realidad democrática que le decepciona por culpa de "unos políticos que esconden bajo la alfombra sus ideales".

Cádiz, la ciudad sus Habaneras, refleja en el documental la época "de alegría y libertad" en la vida de Carlos, que tiene en Nueva York, "provincia de Granada", el inicio de su nueva vida. Allí acudió para ser operado de un aneurisma de aorta en 1995 y allí volvió a nacer de las manos del doctor Fuster. "Nueva York fue un antes y un después en la vida de Carlos, allí encontró la energía necesaria para continuar", apunta el productor.

El viaje concluye en La Habana, un lugar que le aportó mucho humanamente y al que llegó en apoyo a varios proyectos que una ONG tenía con los niños de Cuba.

Dirigido por Pablo Coca y producido por Azhar Media y Enciende TV, El mapa de Carlos se estrenó en Sevilla en enero del pasado año y, en este tiempo, ha recorrido festivales como el Alcances de Cádiz, el Iberoamericano de Huelva o el Derechos humanos de Sta. Coloma de Gramenet. Pese a todo, la cita de esta tarde en Granada tiene un "sabor especial" para todo el equipo. "Le tenemos mucho respeto a su ciudad y teníamos clavada la espinita de no haber podido presentarlo hasta ahora aquí porque creo que va a ser algo muy bonito", apunta Rodríguez, quien confirma la asistencia esta tarde a la proyección de familiares y amigos cercanos de Carlos Cano.

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