terri lyne carrington. baterista

"La gente debería aprender a escuchar los finos matices de la batería"

  • Un caso atípico en el jazz por su condición de mujer que toca la batería llega a Granada para presentar su propia visión de uno de los álbumes más clásicos, el 'Money Jungle'

Terri Lyne Carrington es un caso atípico en el jazz, fundamentalmente por su condición de mujer, pues si bien son muchas las que han hecho carrera en el género, principalmente como vocalistas, son menos las que lo han hecho como instrumentistas, y de entre ellas, aunque cada vez son más, como demostró ayer mismo la pianista Eliane Elias, casi todas con instrumentos melódicos y menos 'masculinos' que la batería. También en Jazz en la Costa pudimos disfrutar hace pocos años del talento de la contrabajista Esperanza Spalding, pero la batería sigue siendo un instrumento muy inusual en manos de mujer. Ahora acude por primera vez al Festival Internacional de Jazz en la Costa al frente de su grupo, comandando y decidiendo la línea musical detrás de platos y tambores, y con su propia visión de uno de los más reconocidos álbumes del jazz, el Money Jungle (Blue Note, 1963) que grabara Duke Ellington con Charlie Mingus y Max Roach, nada menos.

Esta noche pisará el mismo escenario donde estuvieron tocando baterías míticos como Jimmy Cobb y Roy Haynes, una afirmación que le hace reír, y continuar respondiendo a la pregunta de si espera llegar a sus edades tocando y en buena forma, que "espero llegar a su edad tocando... Actualmente me encuentro siete años más joven de lo que soy (risas), así que… Cuando sea demasiado débil para hacerlo no me gustaría seguir, pero cuando lleguemos a esa edad hablaremos. Es una pregunta peculiar porque esos grandes bateristas son hombres y no hay ninguna mujer de su edad tocando la batería". La edad a la que empezó es una de las cosas que siempre se mencionan al hablar de Terri Lyne Carrington, pues aunque comenzó a tocar el saxo siendo muy niña, un día estando en su casa de Medford, Massachusetts, subió al desván y descubrió una vieja batería de la que se enamoró y pidió a sus padres que la arreglaran. Ya no se despegaría de ella, pero lo que la joven Terri no sabía es que había pertenecido a su abuelo, Matt Carrington, músico de Fats Waller y de Chu Berry. "Los niños juegan con todo lo que tienen a mano, es un momento en que cada uno desarrolla sus capacidades de forma muy rápida y si tienes la oportunidad de tocar la batería… pues yo empecé a hacerlo. No estoy segura de haber visto a alguien hacerlo antes, era la batería de mi abuelo y él ya había muerto", comenta. Tanta precocidad tuvo su reflejo en un hecho insólito, y es que a la tierna edad de 10 años dio su primer concierto profesional. Terri se ríe de nuevo y explica, "me saqué la tarjeta del sindicato de músicos cuando tenía unos diez años. No recuerdo por qué, probablemente me la pidieron en alguno concierto (risas). Hoy hay jóvenes desarrollando sus potencialidades a edades muy tempranas y ya no es tan excepcional (risas), no tiene más que ver en YouTube la cantidad de chavales que hay haciendo cosas increíbles".

Sobre el hecho excepcional de ocupar la posición de batería en una formación de jazz siendo mujer, Terri Lyne le quita importancia. "Cuando yo empecé no era muy común ver a una mujer tocando la batería. Yo era joven y me daba igual. En cualquier caso sí me siento una pionera". Y entrando en las interioridades de sus características como ejecutante se muestra firme. Muchos oyentes aplauden al batería fuerte, expresivo y vigoroso más que aquel otro sutil y delicado, "yo a esos baterías les llamo 'ejecutantes de exhibición', gente que toca de una forma muy fuerte y vistosa haciendo de sus actuaciones un espectáculo. Yo prefiero ser seductora y explosiva al mismo tiempo. La gente debería aprender a distinguir los finos matices y colores de un instrumento. Yo toco de una forma que espero que atraiga a la gente hacia mi trabajo aunque por momentos puedo ser también fuerte y agresiva". En ese sentido Terri Lyne no considera que en lo relativo a la forma de tocar la batería esté todo ya inventado, sino que "la gente joven encuentra nuevos perfiles y texturas y sigue desarrollándose; ocurre con todos los instrumentos y estilos. Yo me mantengo al día escuchando a mis alumnos y creo que hay espacio para seguir creciendo, una sigue progresando, aunque sea con pequeños pasos".

Efectivamente, además de su carrera como intérprete, es productora y además ejerce de profesora en Berklee, donde tiene el título de doctora. "Me encanta estar rodeada de alumnos que están descubriendo cosas y vivir cómo aprovechan cada información, es interesante cómo asimilan todo y cómo te regresa a ti. El papel de profesora te hace sentirte continuadora de una tradición cultural". Hablando de la tradición cultural, su último trabajo publicado en España es el disco Money Jungle: Provocative in Blue (Concord Jazz, 2013), una recreación del clásico álbum firmado por Duke Ellington, y que supuso en su día una crítica a la manera en que el dinero corrompía el arte, un tema de absoluta actualidad. En su versión Carrington incluye algunos temas originales, y para su grabación contó con la colaboración del contrabajista Christian McBride y el pianista Gerald Clayton, además de los vientos del trompetista Clark Terry, el trombonista Robin Eubanks, los saxos de Antonio Hart y Tia Fuller y la voz de Lizz Wright. Con todos logró recrear un clásico desde una visión nueva y absolutamente actual, que le ha valido un Grammy como Mejor Álbum de Jazz Instrumental, siendo la primera mujer que lo logra en esta categoría. "Cuando escuché ese disco por primera vez noté que tenía algo especial, casi místico dentro de mí que me empujó a intentarlo, no sé exactamente lo que fue pero los temas que trata, tienen una gran fuerza subliminal, eso y el formato trío me impulsaron a retomar sus pistas y hacerlas mías".

Su fuerte personalidad no es una sorpresa para el granadino, pues ya pudimos ver su carácter tocando en dos ocasiones anteriores en que vino como acompañante de Wayne Shorter y de Cassandra Wilson. Ahora lo hace como líder de su propia banda y reflexiona sobre las diferencias entre un papel y otro: "Siendo el líder uno puede decir lo que quiere. Yo acompaño a los demás intentado comprender lo que quieren decir. Hay líderes como Cassandra Wilson que lo tenía muy claro y te decía lo que quería muy claramente. Shorter en cambio escoge a la gente en función de la confianza, y te sugiere en forma instintiva lo que desea que hagas. Yo he aprendido cosas de todos ellos, así que mi liderazgo es la suma de todos, y creo que se me da bien dar un buen concierto controlando el fluido de música y energías que van sucediendo, dar al público lo que quiere, que mis compañeros se encuentren bien y quedar satisfecha con el resultado. Un concierto para mí es un espacio donde todo el mundo participa". Lo tiene muy claro, desde luego, e interpelada acerca de la experiencia de tocar junto a gigantes como Shorter o Herbie Hancock, con quien también estuvo, confiesa que "los dos son mis influencias más fuertes… Son unas personalidades especiales. Ambos practican el budismo y yo lo he hecho en alguna ocasión, así que más que tocar música acarician la vida con ella; la música es la extensión de su vida. Pero hay diferencias. Hancock ha tenido unos grandes éxitos y tiene una cierta obligación con el público; Shorter es más de crear una experiencia en un instante y desarrollarla, no está preocupado por lo que quiere escuchar el público, es un viaje al que te invita y si quieres lo haces…".

No son los únicos músicos con los que se ha formado. Puede presumir de haber formado junto a Stan Getz, al que acompañó durante la última gira por Europa que dio el saxofonista antes de morir, Carlos Santana, Dianne Reeves, John Scofield, o las más célebres vocalistas femeninas del jazz a las que reunió en su disco The Mosaic Project (Concord Jazz, 2011), y por el que recibió otro Grammy. Además de su pulso para el jazz, también ha demostrado muñeca para otros estilos más cercanos al funk. De ello dejó constancia junto a Herbie Hancock o Stevie Wonder. Los aficionados a esta corriente están de enhorabuena, pues Terri Lyne adelanta que su próximo proyecto, The Mosaic Project: Love & Soul (Concord Jazz, 2015), que ya ha visto la luz en EEUU, es una continuación del álbum de 2011, "pero con una orientación más groove, que va a seguir en ese registro funk. Participan nombres legendarios del rhythm&blues, un proyecto femenino lleno de ritmo y soul".

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