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"Los directos han sido la mejor carretera para aprender"

  • Los madrileños The Right Ons llegan esta noche en estado de gracia a la sala BoogaClub al ritmo de su nuevo 'Get Out': siete canciones a las que no les sobra ni un acorde

Son una de las poquísimas bandas que pueden presumir de tener un directo impecable, y es que cuando suben al escenario son capaces de transformar la noche y convencer hasta al más escéptico. Curtidos en las carreteras de medio mundo y conocedores de que el confeti de los chinos en sus conciertos asegura un extra de diversión, The Right Ons recogen los "dulces frutos" de muchos años de trabajo con su nuevo Get Out (Lovemonk, 2011), un disco soberbio con una de las portadas más atractivas de este año. En su aventura de esta noche en la sala BoogaClub tendrán como compañeros de juego a los granadinos The Miskins Ronson, la banda a la que mejor se le da el rock de los 70.

-Llegan a Granada después de escuchar cosas como que su actuación 'en casa', en Madrid, fue "el concierto de rock perfecto". De ánimo deben andar bien...

-Creo, y no me equivoco, que estamos en uno de nuestros mejores momentos. Estamos haciendo lo que nos gusta y estamos viendo que la gente también responde; imagino que es el éxito de haber sido cabezones y haber creído y confiado en nosotros mismos.

-¿Cómo de alto tenían el nivel de autoexigencia para este Get Out?

-Este disco llegó en un momento que, si no era malo, sí que era muy raro para el grupo. Llevábamos tocando casi tres años sin parar y no habíamos tenido mucho tiempo para preparar los discos anteriores. Para hacer Get Out sí que aparcamos la furgoneta y nos metimos en el local, y eso nos supuso un nivel de concentración máxima y una manera de trabajar distinta. Siempre tenemos el nivel de autoexigencia muy alto, pero igual esta vez hemos estado mucho más concentrados en las canciones y nos costó un poco más y todo fue más complicado. Al final hemos sacado un disco del que estamos cien por cien contentos cada uno de nosotros.

-Y todo resumido en siete canciones, las justas para decir: "Somos The Right Ons y así sonamos".

-No sé quién determinó el número de canciones que debe llevar un disco... Nosotros concebimos el disco como un trabajo completo en el que no tiene que haber ni de más ni de menos. Hasta el momento de la grabación de Get Out había once o doce canciones y en estudio grabamos nueve. Allí vimos que de esas nueve había siete que funcionaban perfectamente entre ellas y que le daban muy buen ambiente al disco. Las otras dos nos gustaban pero no eran necesarias para este disco...

-Pues me juego lo que sea a que habrán descartado algunos temas que muchos grupos habrían matado por tener como single...

-Bueno, no sé... Eran canciones que nos gustaban y suenan bien y que igual en un tiempo rescatamos, pero vimos que para este disco lo mejor era dejarlas a un lado. Quisimos ser honestos con nosotros mismos y quedarnos con lo que más nos gustaba.

-Antes de Get Out engancharon tres años de locos sin parar un instante con giras por Japón y Estados Unidos incluidas... ¿Cómo sobrevivieron?

-Nos encanta trabajar en el estudio, nos sentimos cómodos y nos encanta hacer canciones, que es de lo que se trata; porque todo esto va de intentar hacer la mejor canción posible. Pero en directo nos lo pasamos realmente bien, es nuestro terreno. El haber tocado durante tantísimo tiempo en unas condiciones tan dispares nos lo ha puesto muy fácil, ha sido muy buena carretera donde aprender.

-La vida de Get Out en directo parece que no va a ser menos intensa...

-Por el momento solamente tenemos fechas por España, que en las giras anteriores se solaparon las fechas en España con que salimos a hacer dos o tres giras por Estados Unidos. Esta vez solo tenemos planes para aquí, pero ya estamos viendo hacer algo en el futuro por Japón, que están muy interesados en el disco, y por Estados Unidos y Sudamérica. Nuestra prioridad ahora mismo es trabajar aquí en casa y que a la gente cercana le guste lo que hacemos y lo pase bien con nosotros.

-¿En qué le gana el público español a otros?

-El público español es muy dispar, depende de la ciudad a la que vayas te encuentras una cosa u otra. Imagino que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas; cuando algo le gusta de verdad se vuelca contigo y nosotros notamos que disfruta y que lo vive con pasión. Lo malo que tiene es que hay sitios donde la gente va, en lugar de para pasarlo bien, a examinarte y ponerte notas. En Estados Unidos eso no pasa nunca, la gente va a los conciertos a pasarlo bien y ya está; pero aquí parece que a veces solo quieres ver de qué rollo va el grupo y cómo lo hacen. Aunque el público español, por norma, suele ser uno de los mejores.

-¿Qué es lo que está pasando que parece que el indie le está comiendo terreno al rock?

-Nosotros tampoco nos podemos fijar demasiado en eso; nos dedicamos a hacer canciones y nuestra intención es gustar al mayor número posible de personas, ya vengan del mundo del rock o del que sea.

-¿Qué les unió hace ahora unos cuantos años y hace que aún salte la chispa cada vez que se unen?

-Lo que nos unió es que somos muy amigos prácticamente desde toda la vida y que tuvimos la suerte de encontrar un momento hace cuatro años en el que nos vimos en un local de ensayo casi sin querer y empezamos a tocar. Seguimos con siendo amigos por encima de todo, nos respetamos e incluso nos idolatramos los unos a los otros. Entendemos la música como gente que hace canciones y que intenta mejorar con cada trabajo. Lo que nos pica a seguir adelante es hacer la mejor canción posible.

-Además, son el claro ejemplo de que quien se lo curra, lo consigue...

-Aunque cuesta y es un camino muy duro... Pero merece la pena, pena, cuando llevas tantos kilómetros encima y recoges algún fruto, sabe muy dulce. No es que sea como trabajar en una mina, pero es duro, son muchas horas de furgoneta en las que, además de tu parte física, pones tu parte mental y espiritual. En cuanto empiezas a ver un poco aceptación por parte del público o ves la sala llena y que la gente te conoce y compra tus discos se saborea mucho.

-Ahora que ni siendo Pablo Alborán se puede vivir de la venta de discos en este país, ¿cuál es la apuesta de los músicos para sobrevivir?

-Hay que tener trabajos que te complementen, porque nunca hemos podido vivir solo de esto. Es una pena porque si cada uno se pudiera dedicar a hacer solamente lo que le gusta, seríamos mucho más felices, y no sólo en el nivel musical. Sería una buena filosofía de vida, pero es complicado. Lo bueno es que vivimos a medias del grupo y a medias de otros trabajos. El grupo sí que nos alimenta bastante la parte espiritual.

-¿Qué tal funciona el estudio que pusieron hace poco en marcha? ¿Se descubren cosas interesantes como músico estando al otro lado y ejerciendo, además, de técnico o de productor?

-Es una suerte tener un estudio para grabarnos a nosotros y hacer la producción de nuestros discos y poder escuchar las canciones, ver las que funcionan, ver las que no... Y es una suerte también conocer grupos que vienen con sus ideas y se ponen en tus manos. Vienen algunos grupos con propuestas muy originales y que se vuelcan y confían en tu criterio y que llegan con muchas ganas de trabajar.

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