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"Todo lo que he escrito viene de los 30 años que viví bajo una dictadura"

  • La escritora afirma que todavía necesita tiempo para "asimilar" el Nobel

La escritora Herta Müller aseguró hoy que todo lo que ha escrito ha surgido de los 30 años que vivió bajo la dictadura de Nicolae Ceausescu. "No sé si el premio tiene que ver con que se cumplan 20 años del fin del régimen comunista. Pero todo lo que he escrito tiene que ver con que tuve que vivir 30 años bajo una dictadura", dijo Müller en conferencia de prensa al ser interrogada sobre el posible matiz político de la concesión del Nobel.

La escritora es una mujer pequeña que habla con un tono de voz algo fúnebre, como si acabara de ocurrir algo sumamente triste. Y su literatura sin duda tiene que ver con asuntos trágicos que, aunque sucedieron hace mucho tiempo, todavía la acompañan. "Para la gente que ha vivido en las dictaduras las cosas no terminan cuando cambian los tiempos", explicó Müller.

Asimismo, recordó cómo dos años después de haber logrado dejar Rumanía para trasladarse a Berlín, la dictadura de Ceausescu fue derrocada y que eso la había alegrado mucho pero que no por eso el tema había quedado saldado. "Hay gente que murió como víctima de la dictadura, tuve amigos que murieron y la caída de la dictadura no los revivió", dijo la escritora.

Según ella, ese es el tema de todos sus libros y cree que "toda la historia de la literatura tiene que ver sin lugar a dudas con las cosas que han hecho daño a las personas". Herta Müller apuntó que en 1987 -cuando llegó a Alemania- por primera vez en mucho tiempo tuvo la sensación de que podía respirar. Pero tuvo que esperar hasta 1989, cuando cayó el régimen rumano, para dejar de sentirse amenazada.

De ahí que Müller, que se define como prosista alemana en la medida en que escribe en alemán y nunca ha escrito en rumano, afirmase: "creo que este país (Alemania) me salvó".

Aún hoy, 20 años después de la caída del Telón de Acero, la galardonada apuntó que hay gente del viejo régimen que todavía tiene alguna influencia en los servicios secretos y que de cuando en cuando procuran mostrar que existen con pequeñas hostilidades. "Ahora", según indicó, no cree "que nadie pretenda matarla" pero que si va a Rumanía "habrá elementos que procurarán recordarle que todavía existen", señaló la ensayista. Müller no teme que el Nobel le impida seguir escribiendo ni tampoco cree que vaya a influir sobre lo que escribe, porque no va "a escribir un libro sobre el Premio Nobel". Después de cada libro, y eso pasa ahora después de que ha salido al mercado su novela "Atemschaukel", Müller reconoció tener durante un tiempo la sensación de que será el último y que ya no tiene nada más que decir.

Pero sabe que después de un período de uno o dos años siempre vuelve a la escritura sobre los temas que le siguen dando vueltas en la cabeza.

Del Nobel prefiere hablar poco, porque matizó: "todavía no se lo cree, aunque lo sabe y necesita tiempo para entender su significado". "En todo caso, el premio es algo exterior y lo que de verdad le importa es la escritura. Lo demás es un añadido", agregó.

La escritora sostuvo que el galardón no la hace ni mejor ni peor que antes y que seguirá siendo la misma persona, porque no va "a ejercer de premio Nobel las 24 horas del días" y que "seguramente" no pensará "en él cuando esté friendo huevos o pelando patatas".

Por otro lado, la conferencia de prensa tuvo un final algo oficial con una breve intervención del ministro de Cultura alemán, Bernd Neumann, que le entregó un ramo de flores y señaló que ahora el nombre de Herta Müller se había sumado con justicia al de otros como Thomas Mann o Günter Grass.

Herta Müller lo escuchó, se encogió de hombros y le respondió con un melancólico "gracias". La Nobel no parece una persona hecha para las ocasiones oficiales y no parece que con el premio parezca dispuesta a empezar a ejercer de estrella. "Me alegro del premio, pero lo que quiero es seguir escribiendo en la soledad", concluyó.

La historia de los Premios Nobel se ha escrito mayoritariamente en masculino, pues desde su creación en 1901 lo han recibido 650 hombres frente a 31 mujeres y sólo una docena de ellas en Literatura, la última la rumano-alemana Herta Müller. En lengua hispana, sólo una mujer, la chilena Gabriela Mistral, ha logrado el Nobel de Literatura y lo hizo en 1945.

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