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Una escuela de 'jóvenes amantes'

  • Los ganadores del I Concurso de Ópera Mozart de Granada interpretarán el drama 'Così fan tutte' en el Auditorio Manuel de Falla este fin de semana

Una escuela de 'jóvenes amantes'

Una escuela de 'jóvenes amantes'

Apenas han tenido una semana para preparársela. Los ensayos han sido intensos, jornadas de 12 horas donde no han parado de concentrarse para clavar esa aria. Berna Perles, Karina Demurova, Ricardo Fassi y Alicia Amo, los solistas ganadores del I Concurso Internacional de Ópera Mozart de Granada 2016, ultiman los detalles para el estreno absoluto de la tragedia Cossì fan tutte el viernes y el sábado a las 20:30 en el Auditorio Manuel de Falla. "Cantar Mozart no es como cantar Verdi o Puccini. El repertorio, la calidad vocal y la cultural musical son completamente diferentes", recalcaba el asistente de escena y musical, Andrea Marcon, en la presentación de "un producto granaíno -así, con acento- 100 por 100" que representa "la gran apuesta" de la Orquesta Ciudad de Granada.

La obra fruto de la tercera colaboración entre el genio de Salzburgo y el libretista italiano, junto a Don Giovani y Las bodas de Fígaro, es la menos conocida de la trilogía debido en buena parte a la infravaloración de la crítica, con Reynaldo Hahn y Richard Wagner como principales detractores, y el deliberado ostracismo interpretativo que sufrió durante el siglo XIX. El siglo XX en cambio la recibió con los brazos abiertos. Strauss la definió como "la ópera de cámara perfecta" y Einstein comparó la satisfacción estética que le producía verla con la que se tiene "cuando se ha resuelto bien un problema de ajedrez o realizado a la perfección un truco de magia". "Hay en ella savia nueva para las óperas del futuro -un ejemplo es The Knot Garden de Michael Tippett-, en especial por la habilidad a la hora de adecuar los elementos bufos a una concepción teatral mucho más moderna", señaló el director musical, Giarcarlo Andretta.

"Mozart y Da Ponte despiden un universo teatral encerrado en las prácticas, los prejuicios y las convenciones de su época. La ópera y la anécdota que sustenta la trama -la apuesta entre el cínico y misógino Don Alfonso y dos jóvenes oficiales, Ferrando y Guglielmo, a propósito de la pretendida virtud de sus respectivas novias, Dorabella y Fiordiligi- se mueven en un terreno movedizo que dice adiós al pasado y lo hace sin estrépitos, sin cortar ligaduras, pero abriendo la puerta a una nueva forma de concebir el teatro musical. [...] Così fan tutte se mueve siempre en el filo de la navaja y, por una parte, significa el fin de un mundo, el último dramma giocoso directamente influenciado por la ópera eroico-cómica, o erótico-cómica [...] Es, sin duda, el final de una época, pero, y eso es lo importante, el camino que conduce a un modelo de teatro musical de reveladora modernidad. Lo asombroso en esta ópera, lo que le otorga la suprema condición de obra maestra y, por tanto, eternamente actual, es su calculada e inquietante ambigüedad", explicaba el crítico musical Javier Pérez Senz.

De la ópera bufa dijo también el maestro Sylvain Cambreling, que la llevó hace tres años al Teatro Real de la mano de Michael Haneke en el papel de director de escena, que "Da Ponte y Mozart construyen un juego terrible, en el que se plantea una cuestión de extrema dificultad y con el que se experimentó antes y después del 68 del siglo XX: ¿qué seriedad hay que otorgarle al matrimonio?". La acción arrancará con una conversación entre el viejo filósofo Don Alfonso, interpretado por Lorenzo Regazzo en calidad de artista invitado, y dos jóvenes oficiales del ejército -Fassi en el papel de Guglielmo y el experimentado tenor David Alegret como Ferrando- sobre la fidelidad de la mujer. Alfonso duda de ella mientras que los militares están completamente seguros del amor que profesan sus prometidas -Berna Peles y Karina Demurova- hacia ellos. El filósofo les propone entonces demostrarles que sus novias hacen lo que las demás -el título traducido al castellano viene a decir eso-, es decir, engañarlos. En último lugar, la criada de las dos esposas, Alicia Amo en el papel de Despina, cerrará el laberinto de personajes -y pasiones-. "Lo más importante de la obra son las ambigüedades que encierran. Eso de la misoginia paso absolutamente. Para mí es como decir que El mercader de Venecia es antisemita... Si Almodóvar hiciera una película madre de dios lo que pasaría", explicó entre risas el director escénico Xavier Capdet.

La ópera protagonizada por estos cuatros jóvenes clausurará el Festival Internacional de Música y Danza de Granada el 14 de julio con Pablo González a la batuta. Sin embargo, la representación semiescénica que se hará en el auditorio Manuel de Falla se verá sustituida por una solemne "gala lírica" durante el certamen, cosa que incumple las bases del concurso, en el que se prometía el mismo formato. "Entiendo que o no concordaba con la programación o no se contaban con los recursos suficientes. Estamos trabajando con la nueva dirección para que en un futuro se pueda hacer la consecución lógica del concurso", comentó Alicia Pire, gerente de la OCG, en referencia a la decisión tomada por el Consejo Rector . Sea como sea, este fin de semana aterriza en el Falla una escuela de jóvenes amantes que hará disfrutar de lo lindo a una ciudad donde no se hace ópera.

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