Martin Scorsese disecciona a los Stones en uno de sus conciertos, Bob Marley revive en la pantalla grande y una cámara graba a Patti Smith durante 11 años para rodar Dream of life, y es que el cine, además de tomar sus melodías como recurso narrativo, encuentra en las estrellas del rock una de sus eternas inspiraciones.

La leyenda de Scorsese comenzó a fraguarse con Malas calles (1973). En ella ya sonaban los Rolling Stones -Jumpin Jack flash y Tell me- con dos canciones a partir de las cuales nació el espíritu de este clásico del cine. Ahora el cineasta rinde homenaje a la banda de Mick Jagger y Keith Richards en Shine a light, documental que llega a salas españolas el próximo 4 de abril y en el que se recoge una actuación de sus 'Satánicas Majestades'.