En su segunda actuación al frente de la Royal Philharmonic, Dutoit insiste esta noche en elPalacio de Carlos V en la música francesa del siglo XX, esta vez con un programa en el que impresionismo y descriptivismo se abrazan en un repertorio de extraordinario poder evocativo. La música es capaz de recrear todo un mundo de sensaciones e imágenes que se vincula al universo infantil (Ma mère l'Oye de Ravel) o a la vida tumultuosa de las urbes modernas (la Viena imperial a través de La Valse, también raveliana; Roma, en la mirada luminosa y brillante del boloñés Respighi, que dedicó a la capital pontificia una trilogía de la que Fuentes y Pinos forman sus dos primeros pilares). Completa el cuadro Falla, cuyo 'Sombrero de tres picos' nace de un feliz cruce entre la tradición española y el color de la orquesta francesa que el gaditano aprehendió durante su larga estancia en París. Para Dutoit, la Royal Philarmonic "es una orquesta con unos músicos fantásticos, pero su vida es más difícil que la de los músicos en Francia o en Alemania, donde los profesionales de las orquestas tienen un sueldo. En Inglaterra si no tocan, no cobran. Y hay muchas orquestas en Londres, con lo cual se ven obligados a viajar muchísimo".