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La excelencia hace rozar los extremos

  • La cantaora Estrella Morente y la soprano Ainhoa Arteta llenan el Palacio de Congresos con los villancicos de su primer espectáculo juntas, 'Que suenen con alegría'

La noche se olvidó de la lluvia, como si nunca hubiera existido. La humedad que reinó en Granada durante gran parte del día quedó en un recuerdo difuso, de duermevela. Las noches de tormenta no acompañan a los grandes eventos, la fotogenia de las divas puede resquebrajarse por las gotas a contraluz.

Fue una noche de focos, de glamour y de un primer encuentro que batió dos torrentes sanguíneos como si fueran uno: la raza ardiente de la cantaora Estrella Morente y la elegancia sutil de la soprano tolosana Ainhoa Arteta.

Granada se rindió ayer al espíritu de la Navidad con este concierto titulado Que suenen con alegría que las artistas están llevando por toda España y que llegó a Granada dentro del ciclo Músicas de Mujer.

En aproximadamente una hora y media de espectáculo, las dos mujeres demostraron ser dos monstruos de escenario. El concierto estuvo compuesto por versiones actualizadas de los villancicos más clásicos de la historia patria, que en sus voces resonaron constantemente en una línea de eternidad artística.

Los dúos llegaron con Bulería de los Reyes Magos, Noche de paz, entre otros. En los turnos de enfrentarse en solitario al auditorio del Palacio de Congresos -agradecido y entusiasmado- la cantaora granadina entonó los flamencos Peregrinitos o Tangos del chavico. En este momento el villancico se empapó de Andalucía, cuerpo y sangre.

Cuando llegó el momento de la soprano, con el sempiterno Ave María o La Virgen se está peinando, entre otros, el aura cambió de perfil y la Navidad más blanca y sofisticada inundó el recinto del centro de la ciudad.

El elenco se completó con el piano de Lucía Moreno, la guitarra de Santiago Lara, los vientos-madera de Diego Villegas, el contrabajo de Antonio Corrales, y las percusiones de Eduardo Aguirre de Cárcer. Además, en el caso de Estrella Morente contó en sus solos con la guitarra flamenca de Montoyita, y la percusión, palmas y coros de Antonio Carbonell y Pedro Gabarre. El escenario en ningún momento quedó desnudo.

Anoche el espectáculo de Juan Pedro Aladro y Francisco López, cobró un sentido especial: ya sea por a visita de Morente a su ciudad, la cercanía en fechas de la Navidad o el frío de cuento de Dickens de las calles del centro.

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