guasapeando que es gerundio

"La gente se entretiene hoy más con los 'guasaps' que con los libros"

  • Nani Castañeda, el batería de Niños Mutantes, cumple su tercer año como coordinador de la Feria del Libro de Granada, que ha convertido en una 'fiesta' multidisciplinar

Castañeda es, además de músico y amante de la literatura, licenciado en Historia del Arte.

Castañeda es, además de músico y amante de la literatura, licenciado en Historia del Arte.

Supongamos que Nani Castañeda es una batería musical, que no de coche ni de cocina. La caja o tambor redoblante sería su carrera como músico en el grupo Niños Mutantes. Los platillos serían su licenciatura en Historia, que da brillo en su biografía. De los tres tambores tom-tom, uno le recordaría su faceta de comunicador, el otro de librero y el tercero de autor de un libro sobre su grupo. El pedal para el bombo quizás le recuerde su faceta de pincha discos. Y el bombo, sin duda, sería su cometido como organizador de la Feria del Libro de Granada, que el viernes comenzó. Nani Castañeda es una batería completa. Él le ha dado una nueva dimensión a esta feria con la que se intenta concienciar a la gente de los beneficios de la lectura. A bombo y platillo. Como debe ser.

-Hola Nani... ¿cómo estás?

-Pueeeessss

-Me imagino que muy liado con lo de la Feria del Libro.

-Más que la pata de un romano... (He leído la segunda pregunta mientras respondía a la primera).

-Este es tu tercer año como coordinador de la Feria. Vas para clásico.

-Jajaja. Qué va, sigo aprendiendo y cometo muchos errores.

-¿Te ilusiona el trabajo?

-Mucho. Los libros y la música son mi vida, desde siempre. Quería forrarme, claro está.

-¿La feria del libro va a más?

-Yo creo que sí. Hemos conseguido un formato novedoso y multidisciplinar que ante todo divierte al público en todos los segmentos, sin elitismos ni ejercicios de estilo. Una fiesta del libro más que una feria.

-A lo mejor los lectores no saben que también eres el batería del grupo Niños Mutantes. Diles que lo eres.

-Lo soy. Mi madre me quería matar, ahora está muy orgullosa (vamos, digo yo).

-¿De niño martirizabas a los vecinos tocando el tambor?

-Sí. Literalmente. Durante una época tuve una batería en mi cuarto. Hacíamos juergas en casa y los amigos la aporreaban. Duró poco. Mi madre me castigó de por vida. Sigo castigado.

-¿Te gusta más aporrear una batería o leer un libro?

-Me encanta ambas cosas. Pero lo que más me gusta es crear canciones de la nada con mis compañeros mutantes.

-He leído por ahí que tocas la batería porque cuando llegaste el grupo era el único instrumento que había libre.

-Cierto. Yo lo que quería era escribir letras. Era el único que no aporreaba la guitarra y me puse a aporrear la batería.

-También los lectores deben saber que también eres historiador

-Soy Licenciado en Historia Antigua. Si un licenciado en Arquitectura es arquitecto, sí, yo soy historiador...

-Y también que eres escritor. Al menos has escrito un libro.

-Jajaja. Lo de escritor... qué va. ¡Ojalá. Sólo tengo uno que trata sobre el grupo de música en el que estoy y me falta valor para escribir de verdad algo de ficción.

-Y creo que tienes en mente escribir una novela.

-Pue eso, en mente desde que tengo uso de razón, pero ponerse y hacerlo es de locos. Os admiro muchísimo a los escritores.

-¿Eres de los que cree que dentro de unos años desaparecerán los libros de papel?

-No, no lo creo. Al menos no quiero creerlo. No entiendo la vida sin libros de papel. Soy incapaz de leer en tablet. Es superior a mis fuerzas.

-¿Te imaginas cómo serán las ferias de los libros dentro de un siglo?

-Maaaadre mía. Creo que prefiero no pensarlo

-Hay mucha gente que compra libros que luego no lee.

-También compran el periódico y tampoco lo leen. Quiero pensar que si compras un libro tu intención es leerlo y se queda en tareas pendientes.

-¿No crees que la gente cada vez lee menos libros y más guasap?

-Sin duda. Un desastre. Si pudiera me quitaba el whatssap.

-¿Has leído a Marcel Proust?

-No.

-¿Y te has atrevido con el Ulises?

-Sí, diez páginas.

-Tranquilo. Yo tampoco he podido acabarlo. Pero te gano, yo leí cien páginas. ¿Debemos sentirnos culpables?

-No, en absoluto. Siempre recomiendo que si no entiendes un libro o no te está gustando no pierdas el tiempo en leerlo, hay demasiado que leer y muy poco tiempo.

-Has conseguido meter la música en una feria del libro. ¿Congenian bien?

-Pues eso debe decirlo el público, pero desde mi punto de vista congenian genial.

-¿Se involucran las instituciones en organizar una feria de libro en condiciones? Lo digo porque siempre la cultura ha constituido las migajas del presupuesto municipal.

-Sí. Ahora creo que existe esa concienciación. Pero hay que trabajarla.

-Lo digo porque la feria tuvo un recorte de un cincuenta por ciento.

-Sí, eso pasó en 2009 donde hubo un recorte importante, casi de un 50 por ciento. Pero desde que estoy yo hemos trabajado para atraernos a las empresas privadas. Ahora mismo un 25 por ciento del presupuesto de la feria lo aportan estas empresas, bien en dinero o bien en servicios. Eso está haciendo que esta feria hoy día sea viable.

-Antes de terminar, recomienda a los lectores un par de libros que deben comprar en esta feria.

-Acabo de leer El Dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy. He tardado 20 años en cogerlo de la estantería. Aún estoy conmocionado. De los más bello que he leído nunca. El otro Instrumental, de James Rhodes. No se arrepentirán.

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