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"La gente repite 'no' demasiadas veces sin plantearse por qué"

  • El artista presenta en el discofórum del Teatro Alhambra algunas canciones de su nuevo álbum 'Cosas (que pasan, que no pasan y que deberían pasar)'

Su cappella no tiene nombre. Ya puede estar al otro lado de un teléfono que cuando habla parece estar rimando en vivo y en directo. El Chojín rebusca entre sus Cosas y responde con algo que no se sabe muy bien si es una 'simple' respuesta o la rima decidida de su nuevo álbum. "Me considero un cronista de las cosas que pasan, de las que desgraciadamente no pasan y de las que deberían de pasar para que todo fuera un poquito mejor". Hoy ofrece la oportunidad de escucharle en el discofórum de La música contada en el Teatro Alhambra.

Esa conjugación de cosas, para empezar, es una idea fundamental porque da título al álbum que verá la luz este mismo mes. Un "adelanto del disco", la Motown y los temas que siempre le han influido serán la base de un concierto de alguien que figura en la lista Guinnes por rapear 921 palabras en menos de un minuto. "Yo ahí no veo el mérito. Y no es por modestia (yo soy de todo menos modesto). Llevo rapeando desde los 13 años, es un ejercicio intelectual que te obliga a encontrar la palabra que rima con la que estás diciendo".

Tiene razón. Rapear casi mil palabras en menos de sesenta segundos puede ser una tontería insignificante. No lo es rimarle a Iraq (Yo no entiendo nada), a la violencia de género (El final del cuento de hadas) o a la cultura hip hop (Sólo para adultos, que daba nombre a uno de sus discos más laureados).

En Granada hará un adelanto de Cosas (que pasan, que no pasan y que deberían pasar), para el que ha contado con Jefe de la M, Acción Sánchez (SFDK), R de Ruma (Violadores del Verso), Luis Eduardo Aute y hasta el Gran Wyoming. Colaboraciones curiosas para un disco especial, el décimo de su carrera, donde también habla de cosas especiales.

Se lo puede permitir. A ambos -Aute y Wyoming- los conoció en actos benéficos, y con ambos canta por eso que tienen en común. A los raperos "nos llaman los cantautores del siglo XXI ¿no?Yo creo que somos lo mismo, sólo que con diferente estética".

De sus Cosas, ¿algo que pase demasiado? "Decir no. La palabra más fácil y a la vez la más dura. Una palabra que la gente repite demasiado sin plantearse por qué". ¿Algo que no pasa nada? "La empatía. Nos da pereza ponernos en el lugar del otro". ¿Algo que debería pasar más a menudo? "Que fuéramos un poco más felices... aunque suene muy hippy. Se terminarían muchas tonterías".

Cuenta El Chojín que vive en un mundo entre el primero y el tercero. "Lo que hay entre éste y él son las barreras que el primer mundo ha puesto a drede. Siempre que hablo -avisa- hablo a nivel personal no soy ninguna autoridad pero tengo mi criterio. El primero se ha guardado mucho de poner barreras lo más incendiables posibles para evitar que los del tercer mundo puedan pensar siquiera en alcanzar el segundo, empezando por el lenguaje, un arma muy peligrosa".

El rap sirve para hablar en voz alta. "Lo más importante en el hip hop es la responsabilidad. Hay tres fases: primero, el reconocimiento de los problemas, después plantear las posibles soluciones y lo más importante, llevarlas a cabo. Me gusta quejarme pero no quejarme porque sí, no me quejo desde el sillón. De eso va el hip hop. Mis discos son un poco remover conciencias para que la gente sepa el poder que tiene".

Él no lo supo así como así. Todavía recuerda en su blog una anécdota con una profesora. No siempre fue El Chojín de mirada sin miedo. Cuando tenía 11 años y una profesora pidió a toda la clase leer uno por uno delante de la pizarra un texto, él levantó la mano y le pidió hablar con ella: "Perdone seño" -le dijo-, "pero es que yo me pongo muy nervioso y preferiría no leer mi trozo de texto". Su profesora le dijo: "Ahora vas a leer el texto tú sólo de pie delante de todos". Podía parecer un castigo injusto, pero no sabe lo que enseñó a este rapero madrileño. "Le debo mucho, ella cogió mi complejo y optimizó todo lo demás".

"Las matemáticas y el lenguaje son fundamentales pero también hay que enseñar a ser feliz". Él no da clases pero lo suyo puede ser algo parecido a esa materia de ética sin capítulos ni programas establecidos.

"La parte básica en la que se basa el hip hop es en la exaltación de la autoestima por un motivo sencillo: el hip hop nació en los barrios más desfavorecidos y lo que pretende es llevar a la gente la idea de que el futuro no está escrito, que no tienes que resignarte, tú puedes salir de aquí si lo intentas. Sólo a partr de la autoestima vas a tener las fuerzas suficientes para conseguirlo".

Pone como ejemplo la Revolución Francesa. "En pleno siglo XVIII, el pueblo, harto de un rey puesto por dios fue capaz de cortarle la cabeza"... No hay que pasarse, pero sí ser decidido".

Hoy en Granada experimentará algo parecido a lo que "siento cuando me pongo a escribir delante de un folio en blanco".

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