Actual

La gran verdad de nuestro arte

  • Concha Hermano comisaría este buen proyecto expositivo sobre un grupo numeroso de artistas andaluzas

Varias circunstancias de tremenda trascendencia artística se encuentran presentes en esta exposición en ese espacio soñado que alberga el espectacular edificio que diseñara Alberto Campo Baeza para albergar la sede del Centro Cultural CajaGranada, Museo de la Memoria de Andalucía. En primer lugar la idoneidad de una muestra como esta, producida desde el propio seno de la institución crediticia granadina, con un comisariado experto que ha hecho una rigurosa selección; algo que era absolutamente necesario para una Caja Granada con demasiadas exposiciones "enlatadas" y pocas de comprometidos proyectos artísticos. También hay que señalar, por su significación, que no se trata, a pesar del contenido, solamente de una muestra de género, de una exposición que ofrece la obra de un conjunto de mujeres. Considero que, a estas alturas, hacer una distinción entre arte realizado por hombres y obras de condición femenina es algo que, desde mi punto de vista, está fuera de lugar y que sólo es visión equivocada de mentes estrechas, poco informadas o espurios intereses. Siempre he dicho, porque así lo siento, que la única distinción que genera la producción artística es la obra buena de la mala. Después de tantos siglos de historia artística, situar fronteras entre lo hecho por mujeres o por hombres es algo ajeno a la realidad. Esta exposición reúne a un grupo de artistas, sin tener en cuenta nada que no sea la significación artística de cada una de las obras. Curiosamente es grupo tan numeroso, en calidad y cantidad, no hace más que constatar la existencia de grandes artistas, mujeres, que ocupan un lugar muy importante en el contexto general del arte, sólo y exclusivamente por la valía indiscutible de su trabajo, independientemente, de su condición femenina.

Concha Hermano comisaría este buen proyecto expositivo donde se pone de manifiesto la inmensa realidad artística de un grupo numerosos de artistas andaluzas que han ocupado durante varias décadas una amplia parcela de la mejor plástica española y que han accedido a los mejores foros del arte que ha existido en estos años.

La muestra, bien estructurada en continente y contenido, acertadísima en cuanto a la selección y desentrañando un conocimiento amplio de este arte andaluz que conforma un catálogo muy importante de los variados planteamientos que se encuentran dentro de ese vasto cajón donde tienen cabida los más diversos y dispares ejercicios plásticos. Pintura, escultura, fotografía, dibujos y una video-creación, completan una relación de más de cuarenta obras salidas del discurso artístico de una serie de artistas que abarcan el amplio espectro creativo que existe en el arte actual. Desde una Carmen Laffón, genial intérprete de la naturaleza muerta, de la que se ha elegido para esta ocasión, una escultura que viene a ilustrar una realidad que ella despoja de sus epidérmicas concreciones para hacerla absolutamente inmaterial, hasta una Soledad Sevilla que hace con lo mínimo lo más grande, en una obra sobre papel que nos parece sublime. Entre ellas dos, veintitantas felices creadoras que dejan ofertas del mejor arte que hoy podemos encontrar. La pintura poderosísima de Elena Martín Vivaldi; el sutil gesto de interacción cromática de Rosa Brun; lo sensorial y lo sensual se manifiestan en la obra de Ángela Galindo; la enigmática pintura orgánica de María Acuyo, búsqueda metafórica de profundas interioridades, el credo formal de Dolores Montijano; la acertada discreción de Concha Ybarra, siempre jugando a diluir los esquemas representativos; la particular y bella representación de un universo natural donde se yuxtaponen los más diversos argumentos relatores de María Ortega Estepa; el inquietante retrato en grupo de Salomé del Campo; la siempre expectante Ángeles Agrela, dibujante de formas transgresoras que desvirtúan la realidad a fuerza de ser reales; la personal expresión transformadora de identidades de Susi Lozano; el dibujo de Inmaculada Salinas arquitectura de una velada ilustración; la poderosa representación marina donde subyace hasta un cierto planteamiento de denuncia social de Toña Gómez; el, también, contundente expresionismo abstracto de Carmen Sicre; el simbolismo de Maríajosé Gallardo con su particular iconografía de imposibles; el tenue desarrollo representativo con referencias oníricas de Cristina Lama y, por supuesto, la obra de la granadina Marina Vargas, pureza compositiva en un tapiz a modo de alfombra oriental donde los límites de la representación quedan diluidos entre la magia de un color impactante y, absolutamente determinante. Son los esquemas de una amplísima visión de la pintura moderna que tiene su contrapunto en el diseño de Inmaculada López Vílchez y que se continúa con una serie de nuevos registros artísticos donde se dan cita todos los planteamientos de un arte contemporáneo que, en esta exposición, se hace presente en todo su esplendor. Entre estos, la fotografía ocupa un lugar importante. El dilema entre la ausencia y la presencia en los objetos empapelados de Lola Guerrera; el poder estructural del fuego como máximo estado de purificación sirve a Marisa Mancilla como elemento formal para componer una fotografía inquietante a la vez que de personal exorcismo existencial; sutileza formal y representativa en la fotografía de Mari Ángeles Díaz Barbado, así como el tema social que se presenta en la fotografía de María Clauss. La cerámica se nos ofrece en la obra de naturaleza marina que se le ha seleccionado a la artista granadina Carmen Vila. Muy importante nos parece la pieza "La habitación del entomólogo" de Belén Mazuecos, donde una serie de exvotos formados por mariposas y crisálidas nos sitúan en una ambientación de poderosa manifestación conceptual. La artista jerezana Julie Rivera mantiene su singular proyecto de la moderna existencia ciudadana en torno a las grandes superficies comerciales. La fotografía y la video-creación se dan cita en las propuestas Mar Garrido, Cristina Martín-Lara y María Cañas, autoras de proyectos apasionantes donde la realidad del momento y la existencia son comprometidos protagonistas.

Estamos, en definitiva, en una gran exposición coral, en la que el género de los realizadores, sólo nos parece una circunstancia más. Lo verdaderamente importante es la trascendente muestra de un trabajo que enfatiza la fuerza aplastante que existe en la creación artística que tiene lugar en Andalucía.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios