The Sweet Vandals surgieron casi por casualidad de la confluencia entre algunos miembros del grupo Celofunk, el compositor Carlos Coupé, para uno de cuyos proyectos había reclutado a la sección rítmica del primero, y la cantante Mayka Edjo, a la que conocían del grupo Disky Wick. El feliz encuentro derivaría poco tiempo después en una de las más sólidas formaciones del funk nacional, y aunque el inquieto Coupé desertaría a las primeras de cambio, al poco de grabar su álbum de debut para ser sustituido por Julián Maeso, también de la escena internacional.

La efervescencia y que desprendían sus actuaciones y el magnetismo de sus temas en seguida llamaron la atención de los más importantes agentes, salas y discográficas dedicadas al género. De la mano de dj's de relevancia mundial, como Keb Darge o Florian Keller sus temas comienzan a ser bailados en las principales pistas de baile dedicadas el funk del planeta, y pronto el sello Unique, referente mundial en música negra, los ficha y los incluye en su catálogo. Esto sucedió hace cosa de seis años, y desde entonces la banda se ha afianzado como una de las más ardorosas formaciones de música negra del mundo. Su oficio para facturar deep funk de altura y su versatilidad para moverse entre el soul jazz más elegante de la Blue Note, el soul ardiente de la factoría Stax y el raw funk más underground de los 70, coronado por la arrebatadora voz de Mayka Edjo, colocan el nombre de The Sweet Vandals en los principales festivales del mundo a un lado y otro del Atlántico, y junto a nombres míticos de la música negra.

Consagrados ya como una de la más firmes apuestas del funk mundial, se han convertido en unos favoritos de la sala en la que triunfan cada vez que repiten. Bajos neumáticos, guitarras con swing, baquetas precisas y un Hammond B3 prodigioso volverán a poner patas arriba el BoogaClub. Será esta noche a partir de las diez.