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Dos inéditos de Gerald Brenan muestran sus luces y sus sombras

  • Aparecen los libros 'El señor del castillo y su prisionero' y 'Él', donde el escritor británico expresa sus dudas, sus contradicciones y sus pensamientos

Gerald Brenan dejó una huella imborrable en sus lectores con obras como Al sur de Granada o El laberinto español, pero hay aspectos desconocidos de este escritor británico que aparecen reflejados en dos inéditos que se publican ahora y que muestran las luces y sombras del hispanista, sus certezas, dudas y contradicciones.

Estos inéditos son la alegoría dramática El señor del castillo y su prisionero, escrita en 1949, y los aforismos reunidos en Él, que dejan ver a un Brenan octogenario, "de vuelta de todo" y con ganas de hacer "un balance crítico, honesto y sincero de toda una vida intensa, en lo literario y en lo personal", dice Carlos Prangen, custodio de una parte del legado del hispanista.

Ambos textos, inéditos también en inglés, aparecerán juntos en un volumen bilingüe que la editorial malagueña Alfama publicará a mediados de marzo, editados, traducidos y prologados por Prangen, hijo de Linda Nicholson, secretaria y gran amiga del autor de La faz de España, otro de los grandes títulos de ese excéntrico inglés que en 1920 llegó a España y encontró en el pueblecito de Yegen, en las Alpujarras granadinas, "el estilo arcádico de vida" que buscaba.

"¿Cómo, con unas capacidades mentales de segunda clase y una memoria pobre, he llegado a ser un escritor al que puedan respetar lectores inteligentes?" A esta pregunta, que Brenan (1894-1987) se hizo durante años, trata de responder en los pensamientos autobiográficos de Él, formulados en tercera persona "para reforzar seguramente el distanciamiento y la objetividad", señala Prangen.

Brenan tenía ochenta años cuando escribió estos aforismos "en un arranque de brutal sinceridad consigo mismo", afirma Prangen, "con humor y con mucha flema británica". En ellos habla de sus razones para dedicarse a la literatura, de sus miedos infantiles, sus relaciones con las mujeres, sus problemas con el dinero y de su fracaso como novelista, que lo llevó a la autobiografía.

Este hombre, al que Carlos Prangen recuerda "siempre leyendo y metido en su mundo", se levantaba cada mañana "sintiendo que no sabía nada", como dice en uno de sus aforismos, y suponía que se había hecho escritor "porque no podría haberse dedicado a otra cosa".

Brenan tuvo gran éxito en 1943 con El laberinto español, un ensayo sobre los antecedentes de la Guerra Civil reeditado ahora por Backlist, pero en su vejez pensaba que ninguno de sus libros pasaría a la posteridad. "Sólo aquellos que han escrito una obra maestra pueden esperar eso", afirma el hispanista en sus aforismos, en los que se describe a sí mismo como un ser "con balbuceo mental", "despistado" o "buscarruidos".

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