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El kamikaze del arte que se hizo el 'harakiri' en Facebook

Antes que un artista provocador, Omar Jerez (Granada, 1980) es un alma inquieta, de esas personas a las que las ideas le surgen a borbotones. Exagerado y entusiasta, el artista de padre palestino y madre judío-sefardí se convirtió hace unos meses en uno de los videoartistas más cotizados del momento después de vender por 47.000 euros a un coleccionista extranjero uno de sus vídeos, Estados Undios.Ronald.

Y para ilustrar las negociaciones, Jerez colgó en las redes sociales una fotografía en la que aparece "en un momento de las negociaciones" en el hall del hotel Palace de Madrid. Es su iconografía personal, su manera de entender el mundo y, de paso, su profesión, en la que en apenas año y medio ha conseguido ser el videoartista del momento.Y si se le sigue el rastro a través de los comentarios a los artículos publicados sobre sus creaciones se descubre que suscita dos sentimientos bien definidos: odio o amor. Sin término medio.

No es la primera vez que Omar Jerez se topa con la polémica. De hecho la reconoce fundamental en su trabajo, siempre con un lenguaje muy directo y una estética punk. Ya lo hizo en Guantánamo, donde se puede ver al propio artista siendo torturado en una bañera por una caricatura de Bart Simpson.

Y por si fuera poco, el año pasado simuló su muerte en Facebook. Es un kamikaze el arte y no dudó, dentro de su particular bushido, en hacerse el harakiri cibernético."Llevo tiempo observando que es la nueva anfetamina moderna que mata la realidad para crear estados de ficción y disimular nuestras miserias", dice el creador.

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