Tenían como principal empeño "sonar como en los directos", lo que viene a querer decir que su gran motivación era aprovechar la fuerza y la crudeza que la música de Tachenko desborda en concierto. Con ese objetivo claro, la banda zaragozana se ha despojado de todos los arreglos y elementos que interferían en su sonido y se han hecho más que nunca a sí mismos en Esta vida pide otra, su tercer trabajo, con el que se estrenan en la compañía Limbo Starr y que se podrá escuchar esta noche en directo en la sala Planta Baja.

"La gente siempre nos ha dicho que no éramos los mismos en el disco que en los conciertos, así que queríamos unificar criterios. Esta vida pide otra tiene menos arreglos, es mucho más crudo y más cercano y las melodías se escuchan más claras. Empezamos a construir Tachenko por el tejado, porque en ese momento era necesario que nos encontrásemos a nosotros mismos como grupo, pero ahora estamos de reformas y tenemos los cimientos muy sólidos, sabemos perfectamente de dónde partimos y hacia dónde nos movemos", explica Sergio Vinadé, un veterano de la escena indie que ya destapó su caja de sonidos con El Niño Gusano, una de las primeras bandas de la escena independiente. "Me siento muy afortunado, siempre he contado con respaldo para mis proyectos. La lucha ahora está en intentar llevar nuestra música cada vez a más público", añade. Entre ese público que esta noche está invitado al concierto aparecen nombres como Lori Meyers o José Ignacio Lapido, ya que Vinadé es un rendido admirador de 091: "Fueron los mejores y su música sigue siendo un regalo. Granada siempre ha sido una cuna espectacular de músicos".