Música hoy

"La morralla no me interesa ni me ha interesado nunca"

  • El cantaor de Huétor Tájar cierra esta noche el Festimed de Torrenueva con un concierto acompañado de sus músicos habituales y con gran carga reivindicativa

Juan Pinilla tiene pasión por los escenarios y por los patios de butacas. Esta noche le toca acaparar los focos en la última jornada del Festimed de Torrenueva, donde comparte cartel con Maui y los Sirénidos.

-Leo de usted que "raro es el festival que no cuenta con Juan Pinilla, cantando o como espectador" o crítico añado, ¿pero todos-todos?

-Eso se debió escribir hace unos pocos años cuando efectivamente sí podía y debía estar en todos sitios para cubrir la información, como aficionado, como espectador o como artista que además de las actuaciones, también he acudido a muchas galas benéficas y homenajes. Me ha gustado escuchar y verlo todo, eso es parte de la formación que yo tengo, el haber escuchado tanto a lo mejor como a lo más mediocre, de todos se aprende algo, sobre todo a discernir entre la verdad y la mentira. A veces decimos, esto no me gusta, y no sabemos razonar el por qué. Yo siempre he buscado darle una respuesta lógica a mis planteamientos.

-Incluso los de Sudán...

-Sudán fue una experiencia inolvidable. A parte de lo exótico que resulta el país en sí, mientras no se demuestre lo contrario fuimos los primeros en llevar el flamenco allí. He comido con sudaneses a su forma, con la mano, he visto a los niños fabricar ladrillos de adobe en las orillas del Nilo, he visto pobreza y lujo, en un país muy rico, lleno de contrastes… Todo eso forma parte también de la formación de la que antes hablaba, como ser humano, como artista, que las dos cosas van aparejadas, y viajar me hace tomar mucha más conciencia social y mucha más conciencia humana.

-En algunos oficios se salta de la barrera a la arena ¿cómo y cuando sintió usted la necesidad de bajarse al albero?

-No sabría decirle, no es que quiera crear una historia es que realmente lo mío fue ocurriendo casi por inercia. Era un estudiante universitario con afición al flamenco, como todo universitario siempre me las he visto para administrarme y de pronto vi un cartel de un concurso de cante, me dio por apuntarme y gané un premio. A partir de ahí empecé muy poco a poco, sin ninguna vanidad, nada más que por divertirme e ir cubriendo mis gastos. El dinamismo al que se abrió mi vida en lo sucesivo me impide recordar con claridad todo lo que yo comencé a experimentar y vivir con el mundo del flamenco, han sido innumerables anécdotas y vivencias que me hicieron sentir privilegiado desde primera hora por estar haciendo algo que me gustaba y que ese algo me sirviera para vivir mejor.

-Pasar por la Universidad le ha…

-Aportado muchas cosas, sobre todo la de ver que hay personas sin carrera universitaria mucho más cultas y sensibles que otras que van colgadas de títulos hasta la médula. No, la Universidad para mí es abrirme al balcón del conocimiento, en traductores cursé asignaturas de libre configuración que no tenían nada que ver con lo que hacía pero me interesaban: Medicina, Economía, Política, Derecho… Ahora en Derecho de nuevo me he vuelto a interesar por la Historia y la Filosofía. La cultura y el conocimiento, son cosas que me motivan y estimulan, que me hacen crecer en todos los sentidos y eso, hoy día, es lo que más me mueve.

-Sorprende la integridad y la búsqueda de la pureza de muchos nombres jóvenes del flamenco ¿hay demasiada morralla flamenquita que evitar en los alrededores?

-Sí, por supuesto que la hay. Pero, claro, si tienes las ideas claras y sabes discernir entre la verdad y la mentira… Porque, a ver, el flamenco es tan claro que o es flamenco o no lo es. Eso es así de sencillo. Y lo verdaderamente difícil es recrear algo, sonar a ti, dentro de este mundo musicalmente perfecto que es el flamenco. La morralla no me interesa ni me ha interesado nunca, y es una pena que esté sirviendo para confundir.

-Usted cuida mucho las letras, tanto que ha cantado a grandísimos poetas y escritores. De todos los profesionales del flamenco ¿es el letrista el más escaso y desconocido?

-Y el peor pagado porque muchas veces cantan sus letras y dicen que son populares. La gente no sabe de quién son las letras que cantan, lo hace porque las siente, porque le gustan y no se preocupan por su autor. Machado lo veía desde otra perspectiva, cuando decía aquello de "hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son". Pero efectivamente hay un trabajo artístico colosal y muy mal pagado ejercido por los letristas que habría que reivindicar desde algún medio.

-En los últimos años, en muchos géneros musicales ha desaparecido casi la escena media, hay carísimos estrellones que se comen presupuestos enteros, y luego la base, para la que apenas hay calderilla y buena voluntad ¿ocurre lo mismo en el flamenco?

-Por supuestísimo por parte de las administraciones que supuestamente velan. Y grandes presupuestos que se han invertido por que el flamenco se 'desarrolle' en Andalucía, y han desparramado cantidades enormes en programaciones internacionales en las que los que hacen el agosto no son los artistas si no los representantes. Se habla de los cachés de los artistas, que efectivamente han sido desorbitados, ahora se han bajado del burro porque si no se quedaban haciendo encaje de bolillo en su casa, pero se habla muy poco de toda la especulación que existe con algunos representantes o agencias de representación.

-A eso iba porque aquí en el Sur muy buena parte del flamenco está arrimado a la sombra de las instituciones ¿supone para una persona critica como usted una pedida de libertad?

-Una pérdida de libertad, por supuesto. Yo digo que los sindicatos no deberían estar subvencionados por el Gobierno, y digo que los periódicos no debieran de sostenerse por la publicidad, así ganaríamos en democracia y en objetividad. Eso pasa mucho con los artistas, con las administraciones. Hay salvedades, por supuesto también aprendes que no todo es tan oscuro, que existen personas honestas en medio de tanta vanidad y tanta miseria personal, pero hay que intentar ser lo más coherente posible y sobre todo aportar tus ideas para que la situación mejore, aunque tus ideas siempre sean críticas hacia ciertos sectores.

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