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Qué noche la de aquel día

  • Los de Liverpool volvieron a subirse al submarino amarillo y a surcar el corazón de los espectadores de 'Beatles. La Leyenda'

A lo lejos se escuchaban ruidos de maquinaria y el sónar de un submarino, en este caso de color amarillo. Como si de un túnel del tiempo se tratase, anoche los espectadores del musical Beatles. La leyenda retrocedieron para recordar y presenciar un bonito homenaje a los cuatro chicos de Liverpool que dieron forma uno de los grupos más emblemáticos del siglo XX.

Una voz en off daba comienzo al espectáculo: "Éste es el germen de una historia que convulsionaría al mundo: The Beatles". Un primer alegato de ayuda con la canción Help que daba paso a las dos gogós que enmarcaron la escena en las dos horas que duró el show. La banda, como si hubiera salido de la portada de St. Pepper's Lonely Hearts Club Band, hacían las veces de Lennon, Paul, Ringo y George, mientras los bailarines iban desfilando al ritmo sesentero de los primeros trabajos de los de Liverpool.

Le seguirían canciones como Please please me, From me to you, con Susana Martín siendo la cantante principal. Con el saludo característico de los Beatles -al unísono y como si fueran actores al final de la función- la banda se encaramaba detrás de un cartel: Magical Mistery Tour, la que fuera la última gira de los Beatles.

Love me do, I wanna hold your hand y She loves you serían la antesala de una Can't buy me love, donde dos bailarines con peluca y guitarras emularían la locura y el desenfreno que supuso la banda sonora de la primera película de los artífices de A hard day's night.

Pese a que el ritmo de la puesta en escena decayese en cada corte -bien porque la voz en off apareciese o por la falta de bailarines en escena, que brillaban por su escasez-, los acordes impuestos por la música de los Beatles suplían el resto y hacían mover la cabeza a más de uno en un patio de butacas a medio llenar por un heterogéneo grupo, donde los contemporáneos de McCartney y Lennon eran mayoría.

Drive my car, Yesterday -con trapecista incluida haciendo las veces de bailarina y Eleanor Rugby- dió paso al esperadísimo Yellow Submarine, que haría saltar las palmas espontáneas del público, con cinco marineros en el escenario capitaneados por un personaje "en zancos" dando órdenes. Un toque de humor a la divertida canción.

Lucy in the sky with diamonds, Hey Jude, una nana cantada al hijo de John, serían el prologo de la recta final, donde se hicieron sendos homenajes a los desaparecidos Harrison y Lennon al ritmo de Something y un Imagine que hizo las delicias del público al acompañarse de piruetas y vistosidad luminosa. La guinda del postre fue All you need is love y todo un público entregado y de pie haciendo los coros, a petición del presentador. Beatles. La Leyenda se configuró como un viaje desde el presente al pasado a través de los sentidos.

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