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Los nombres propios de la modernidad

La modernidad artística en Córdoba tuvo un nombre: El Equipo 57, una de las referencias más válidas para el conocimiento de la renovación artística en Andalucía. Aunque su existencia fue bastante efímera, su obra, sus postulados teóricos y su permanente posición de privilegio en el contexto general de la plástica contemporánea hacen que, continuamente, recurramos tanto a su memoria histórica como a su realidad creativa, para afrontar cualquier testimonio que tenga que ver con el Arte de una época -pretérito reciente- que está, sin embargo, permanentemente de actualidad.

El Equipo parte de aquel Grupo Espacio formado en 1954. En todos ellos estaban muy presentes las ideas constructivistas que Jorge Oteiza preconizaba en su estancia cordobesa. En 1957, José Duarte, Juan Serrano, Ángel Duarte y Agustín Ibarrola exponen en el café Le Rond Point de París. Se les unen el escultor vasco Néstor Basterrechea y el pintor danés Thorkild Hansen. También se invita a participar en el grupo a los cordobeses Juan Cuenca, Francisco Aguilera Amate y Luis Aguilera Bernier. Todos exponen en la Sala Negra de Madrid y, tras un viaje a Copenhague para presentarse en el Thorvaldsens Museum, el Equipo 57 queda definitivamente constituido por José Duarte, Juan Cuenca, Juan Serrano, Ángel Duarte y Agustín Ibarrola. Estamos ante el grupo más especial y con más personalidad de cuantos se han dado en el panorama artístico español, pues, si bien grupos han existido muchos, su duración ha sido muy efímera. En cambio, el Equipo ha promovido, desde un principio, el sentido de la colectividad, restando importancia a la autoría de la obra y promoviendo un cambio sustancial de la concepción artística para lograr un cambio de la sociedad.

Ellos ya lo dejaron bien claro: El arte exige ser planteado, no desde los esquemas individuales, sino desde la integración de los conocimientos individuales a través de una metodología. Los miembros del grupo iniciaban el trabajo después de una puesta en común de los bocetos realizados individualmente por cada uno de ellos, se dialogaba, se realizaban propuestas, se elegían los más adecuados, se sintetizaban sus distintos elementos y se proponían las consideraciones para lograr la interactividad. Después, algún miembro del grupo dibujaba en el lienzo y ejecutaba el desarrollo final mediante pintura al óleo o acrílicos.

Los postulados artísticos del Equipo 57 han estado encaminados a conseguir un desarrollo plástico donde, desde una concepción científica, se establezca una compleja interacción de todos los elementos que intervienen en el proceso, es decir, no dejando que la forma, el color, la línea y el volumen promuevan órganos independientes sino formando un todo constituyente.

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