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"El país que no es capaz de conocerse a sí mismo tiene un gran problema"

  • La banda que más y mejor ha difundido la música tradicional gallega por todo el mundo celebra esta noche sus 25 años con un concierto en el Medina Elvira de Atarfe

Ayer fue un día grande para Luar na Lubre. La banda cumplió 25 años en la música con todos los deberes hechos pero cargada de sueños por cumplir, de ciudades a las que visitar y de públicos a los que hacer disfrutar con su particular propuesta. Esta noche sumarán un escenario nuevo, el del Centro Cultural Medina Elvira de Atarfe, donde presentarán en directo su nuevo disco -y ya van doce-, Solsticio.

-¿Se creen que hayan pasado ya 25 años?

-Al principio el grupo era casi una reunión de amigos, no aspirábamos a más que a hacer música y divertirnos. En aquel momento vivir de la música era algo utópico, y más hablando de música folk. Poco a poco nos dimos cuenta de que esto funcionaba, de que la gente iba a nuestros conciertos y nos animaba a continuar hasta el punto que decidimos dar el salto final y dedicarnos de lleno a la música. No es fácil, pero es una apuesta por lo que nos gusta y por lo que queremos.

-¿Seguir apostando por el folk y la tradición es de valientes?

-Pensamos que esto es una carrera hecha a base de trabajo y, para nosotros, lo principal y de lo que nos sentimos más orgullosos y satisfechos es de la tenacidad y del hecho de no haber perdido el norte en este tiempo. Hemos resistido momentos muy difíciles pero continuamos ofreciendo nuestra música, ilusionando a la gente y a nosotros mismos, manteniendo nuestra personalidad.

-Hacen folk, pero su música tiene detrás mucho de estudio de las tradiciones y de reivindicación de las raíces...

-Tenemos, ante todo, un fuerte compromiso con nuestra cultura. La música folk no se concebía antes desde esta perspectiva: la de reivindicar y dar a conocer nuestra identidad y cultura propia. Una parte importante de Luar na Lubre es ésta. Nos sentimos embajadores de nuestra tierra, de llevar una Galicia diferente a través de la música a otros lados, y ya van 24 países.

-En lugares como Estados Unidos, el folk es algo intrínseco a ellos, su seña de identidad. En España parece que el público se resiste más...

-El pueblo o el país que no es capaz de conocerse a sí mismo y de interesarse mínimamente por lo que es tiene un problema. Somos conscientes de que las cosas tardarán en darse, pero es necesario que cada pueblo sepa reconocerse a sí mismo y valorar las cosas en función de lo que son. En muchos países la música folk puede entrar en la lista de los discos más vendidos y superar propuestas muy comerciales. Nosotros no queremos suplantar nada ni imponer nada, simplemente que la gente sea capaz de saber por sí misma que existen más músicas que las que nos venden cada día. Hay vida más allá de todas estas propuestas, es una cuestión de curiosidad. Nunca el ser humano tuvo tanta posibilidad de información como en estos momentos, en los que deberíamos repuntar y buscar alternativas. Nuestra música no es áspera ni dura, es entendible y está muy aderezada. Sería interesante que tuviese un reconocimiento popular como otras músicas. Nos queda trabajar mucho...

-Para Solsticio han profundizado en las raíces medievales, en la historia del paganismo y de la tradición religiosa...

-En este disco quisimos dar un paso a la hora de cambiar un poco nuestra forma de concebir la música, una vuelta de tuerca más en nuestra carrera. Combinamos lo que hacemos habitualmente, que es trabajar sobre música tradicional y reinterpretar viejos temas del repertorio tradicional con la lírica medieval galego-portuguesa, que es interesantísima, de una riqueza impresionante. Se trataba de dar un giro a lo medieval pero con una perspectiva moderna.

-¿Y cómo entiende el público del siglo XXI esa propuesta?

-Muy bien. El tipo de arreglos que usamos son muy nuestros. La música no deja de ser moderna, es folk, que es una creación relativamente reciente, de los años 60. Desde entonces todo ha sido evolucionar: buscar un sonido propio con nuevas armonías y nueva instrumentación. Buscamos respetar el sentido de la melodía y lo que significa, pero al mismo tiempo 'allegarla' a la gente, que la escuche sin que le rasque. La combinación de esos antiguos sonidos con las armonías actuales es relativamente fácil para nosotros, porque en el grupo cada uno viene de un estilo musical.

-¿Habrá 25 años más?

-El grupo está en un momento fantástico desde el punto de vista creativo y humano, así que no lo descarto. Ahora entramos en una fase en la que vamos a empezar a ser viejos en muy poco tiempo y eso indica ya que hay que ponerse en otra dimensión. Dentro de 25 años algunos estaremos ya más que jubilados, pero se trata de que esto tenga continuidad más allá de cuando aún no estemos. Luar na Lubre es ya una marca cultural, una marca de defensa de nuestra cultura y de una forma de hacer y entender la música y ojalá haya alguien que continúe por este camino.

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