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"Soy muy pasional: si me río, me río a muerte; si lloro, lloro de veras"

  • Revólver presenta en Granada su gira '21 gramos' en la Sala Industrial Copera a las 22.00 horas. Su intérprete llega con mucha ilusión -"lo doy todo en cada proyecto"- tras 27 años de carrera musical

"No fue fácil, aunque me dejé la piel y la voz de bar en bar por un sueño por cumplir". Nada es sencillo en esta vida, pero Carlos Goñi siempre ha sido un hombre honesto a sí mismo, a sus principios. El artista madrileño ha sabido hacer frente a los vientos que no le eran favorables y capitanear durante 20 años su alma rockera, dominando el timón de Revólver. A sus cuarenta y tantos, el juego de la vida ha permitido a Goñi echar otra moneda más y probar suerte en esta ironía, que el mundo le brinda.

-¿Qué le ha hecho parar en Granada con su gira 21 gramos?

-¡Buah! es un sitio para mí importantísimo. Granada fue el primer lugar de España donde me di cuenta que empezaba a pasar algo con Revólver. Acabábamos de sacar el Básico, eran las fiestas del Zaidín y tocábamos con Danza Invisible; y fue donde noté que la gente no estaba igual. Me acuerdo de aquel concierto como si lo viera ahora, la gente estaba loca, había miles de personas en la calle, y dices, "ostias, aquí ha pasado algo", y sí, efectivamente, habíamos subido un escalón , la gente nos conocía.

-Se comenta que 21 gramos es su mejor obra, un punto de inflexión, ¿qué ha supuesto para usted?

-Bueno, yo no me atrevería nunca a decir después de 14 álbumes, que algo es tu mejor trabajo, digamos que siempre intentas hacerlo lo mejor que puedes y lo mejor que sabes. Seguro que habrá canciones de 21 gramos que haya captado a un público nuevo, pero también estoy seguro de que habrá gente a la que no le haya gustado, y que por el contrario sí le gustaba alguno de los álbumes anteriores. Creo que cuando las carreras son largas es complicado decir qué disco es el mejor o cual peor, depende del momento. Para mí todas las canciones son igual de válidas porque siempre intento hacerlo lo mejor que sé.

-Carlos Gardel entonaba en su tango: "… sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada..." ¿Para usted qué son estos 27 años en la música y los 20 con Revólver?

-Los siete primeros años aprendí mucho, sobre todo cómo no tenía que hacer las cosas, lo cual está muy bien. Y los otros 20 intenté poner en práctica cómo creía que debía de ser. A estas alturas es relativamente sencillo decir: "pues no me salió mal". Pero sí que es cierto, que todo cuenta y yo al principio sí que aprendí mucho, aunque me rodeé de excelentes músicos y de un equipo de trabajo, que es tan culpable del éxito como yo sin duda alguna, si no más. Pero vamos, 20 años es mucho tiempo. Sí, eso del tango, es falso, 20 años sí que son, son 20 años, que es mucho tiempo.

-Sigue siendo el mismo hombre aquel de cuando comenzó...

-No, claro que no. Tengo muy poco respeto por la gente que dice 20 años después 'yo sigo siendo exactamente el mismo', ¡entonces eres un imbécil! Porque significa que no has aprendido nada en ese tiempo. ¿Qué tengo que ver todavía con aquel tipo? Pues imagino que la ilusión; tengo muchísima ilusión por cada proyecto en que me meto. Lo que pasa es que soy muy pasional, siempre lo he sido, y creo que cada día más. Si me río, me río a muerte; y si lloro, lloro de veras. Soy muy compulsivo para algunas cosas y a mí me gusta así, me parece más divertido.

-Quizá esa forma tan impulsiva es dura de llevar para su familia.

-Para el entorno es duro, porque te va la vida en cualquier cosa. Yo creo que los especiales no somos nosotros, sino los que conviven con nosotros y nos permiten ser de una manera determinada y cumplir nuestro sueño. Son como los guardianes, que están ahí permitiendo que vivas eso, ¡una pasada!

-Eso lo refleja en sus letras cuando compone, es decir, el día a día...

-Sí, como decía esa casi voz, "hasta la mejor y más fiel de las autobiografías tiene algo de ciencia ficción; y viceversa". Es decir, que al final acabas entremezclándolo todo. Eres capaz de escribir una canción a partir de un sólo segundo vivido con una intensidad suficiente con otra persona, y de repente mezclas a dos personajes que le ocurren cosas, pero todo está basado en un nanosegundo de sensación tuya, y al final ya no sabes qué es real y qué no. En todas las canciones que he escrito hay algo autobiográfico, de la misma manera que en todas hay algo de ciencia ficción, claro.

-¿El tiempo cura?

-El tiempo te enseña a vivir con lo que te duele; no sé si te lo cura. Extirparlo no lo extirpa, desde luego. Pero no es una cuestión de rencor. Yo no soy rencoroso, este es el único defecto que no tengo.

-¿Le invitó la vida a su fiesta?

-Ya lo creo, me invitó a su fiesta a lo grande con el nacimiento de mi hijo, porque crece sano y salvo, está fortísimo y toma ciertas responsabilidades más de las que tienen en general los chavales de su edad. En ese sentido ya lo creo que la vida me invitó. Y por supuesto, me invitó el día que conocí a mi mujer, hace ya 18 años, pero además me presentó a la chica de la fiesta. Y luego aparte tengo una negraza de 11 años, que nos trajimos de Camerún hace ya siete, Alicia. Ella me roba el corazón cada vez que salgo de casa y hasta que no vuelvo, no me lo devuelve.

-¿Cómo podemos capitanear nuestras vidas en estos tiempos?

-A veces no es tanto la cantidad de tiempo como la calidad. Tengo una relación soberbia con mi familia. Yo no perdono un desayuno con mis hijos o una cena todos juntos, ni de coña. Es todo como te lo plantees; cuando estoy con ellos, estoy de verdad y la calidad del tiempo creo que es bastante buena.

-¿Qué busca reivindicar con sus letras?

-Nada. No he buscado nunca reivindicar absolutamente nada. Yo no me atrevo a darle consejo a nadie. Si no le doy consejo a mi familia, no me atrevería nunca a dárselo a una persona que no conozco. Mensajes no doy, lo que cuento es mi visión y cómo veo la vida. Habrá gente que esté de acuerdo y gente que no, pero no quiero abrirle los ojos a nadie. No lo hago, eso sería evangelizar y yo no lo hago; Yo no, lo único que puedo hacer es decir: "esto lo vi, no me lo contaron".

-¿Hace referencia en el libro del recopilatorio 20 años no es nada, lo mucho que le marcó la película Lugares comunes y la frase que pronuncia Federico Luppi a sus alumnos "el conocimiento provoca mucha tristeza": ¿Cuál es para usted el conocimiento qué mas duele?

-A lo mejor, el pensar que estamos toda la vida aprendiendo y justo en el momento en el que quizá podemos empezar a hacer algo útil es cuando ya no hay tiempo para más. Por eso sería mejor para todos, que aprendiéramos a dedicar el tiempo de aprendizaje, pero en serio, para poder intentar aplicar lo aprendido lo antes posible.

-Es decir, esa moneda que echas, esa ironía de su canción...

-Es así, es como funciona esto, es lo malo de la vida, que es así.

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