ANTONIO CÉSAR MORÓN. escritor

"No se puede estar dependiendo siempre de la subvención institucional"

  • El ensayista granadino ha presentado su última obra 'Mientras las limusinas esperan en la calle'

  • Se zambulle en la novela negra tras dedicarse al estudio de la dramaturgia

El autor del libro 'Mientras las limusinas esperan en la calle'.

El autor del libro 'Mientras las limusinas esperan en la calle'. / álex cámara

Reconoce que su hábitat natural es el teatro pero, en la ya pasada Feria del Libro, presentó la obra con la que se ha zambullido en el universo de la novela negra. Antonio César Morón (Granada, 1978) trae Mientras las limusinas esperan en la calle, una intriga dispuesta a remover la conciencia social.

-Ha estudiado el teatro y lo ha escrito también, ¿por qué esa predilección por el género?

-Empecé en el teatro en mi pueblo, Cádiar, desde joven, con mi padre, Enrique Morón, también poeta y dramaturgo. Ahí me inicié como actor, dedicaba mi verano a eso. Hacíamos obras al aire libre, como en los inicios del teatro -siglo XVI y XVII-. Empecé Filología y luego Teoría de la Literatura, eligiendo optativas sobre teatro. Al terminar la tesis sobre José Martín Recuerda, quise trasladar esa experiencia y esa reflexión a la creación teatral. Fue el momento en el que diseñé una teoría que he impartido en talleres en Madrid o Nueva York: La Dramaturgia Cuántica.

-Aparte de Recuerda, ¿tiene algún dramaturgo de referencia?

-Tengo muchos, pero si tengo que situar solo a uno, sería Valle Inclán, es el mejor dramaturgo que ha dado el siglo XX, junto con Lope de Vega, el mejor dramaturgo de la historia de la humanidad.

-Tras esta trayectoria tan ligada al teatro, ¿qué le hace adentrarse ahora en la narrativa?

-Hay un momento en mi dramaturgia, en Monólogos con Maniquí, donde le di al teatro, a lo escénico, lo narrativo. Vi que funcionaba bien la narratividad en la escena, sin olvidar la parte dramática. Me interesó seguir explorando esto desde la narratividad pura, así que por eso escribí esta novela. Si analizas la novela, la línea de acción, la construcción de los diálogos, obedece mucho a lo que es la dramaturgia. Los dramaturgos tenemos una capacidad de hacer desarrollar la acción mejor que nadie, con muchos matices, con mucha complejidad y energía que transmitir al público espectador. Se está hablando muy bien de la novela, ya he oído frases tipo 'me engancha'. Ha sido el título estrella de la editorial Nazarí y creo que uno de los más vendidos en la Feria del Libro. Espero que, además, por el boca a boca empiece a funcionar.

-¿Por qué tituló así la novela?

-Es un verso de la canción de Leonard Cohen Chelsea Hotel, que narra una noche de pasión amorosa con Janis Joplin. En la novela, están como personajes Leonard Cohen, Janis Joplin, y ya aparte los personajes de la propia trama policíaca. La novela empieza en el Zaidín, en Granada, luego pasa por Sevilla, Melilla, Nueva York… Se van combinando todos esos ingredientes alrededor de esta canción, y que va sonando en toda la novela.

-¿Cómo es que aparecen ciudades tan dispares como Melilla, Granada o Nueva York en la novela? ¿Cuál es ese nexo común?

-Pues podría decirse que ese nexo soy yo mismo. He vivido en todas esas ciudades, por lo que hablo desde la experiencia propia, aparte de la parte puramente ficcional. Creo que en la novela se nota que yo he estado ahí, no se nota que es pura teoría. La parte más técnica y complica es el cómo unir esas ciudades. Las uní con una historia, a través de una canción, que es la que funciona en cada una de las ciudades y la que va uniendo a los distintos personajes.

-Dice usted que es una novela en la que, de la propia historia, se pueden sacar muchas reflexiones. Cada cual sacará la suya, pero... ¿cuáles son las que saca usted?

-Decía Gil Craviotto que es una novela policíaca con carácter social, en el sentido de que es cierto que hay una crítica muy fuerte respecto a todo lo que es corrupción política, todo lo que vemos en televisión y nos molesta tanto. Lo interesante de esta novela negra es que es una especie de cajón desastre, puedes incorporar toda la visión de una sociedad en un momento dado, ya que vas como cabalgando por la ciudad con el detective.

-Una última reflexión, esta vez enfocada al contexto local. Granada es una ciudad "teatrera" pero, ¿falta impulso por parte de las instituciones o incluso por parte del propio público?

-Yo creo que el público de Granada es un público muy bien educado e interesado en el teatro. Sobre que las instituciones colaboren o no, tengo mis reservas. De todas formas, yo creo que al final hay que buscarse un poco la vida e intentar no estar siempre dependiendo de la subvención institucional. Se deben crear productoras privadas. Lo único que hay que intentar hacer es dar espacios, para que haya una galería de espectáculos. El Ayuntamiento cede muchos esos de espacios, en distintos barrios (Chana, Zaidín...). Granada no tiene la actividad teatral que tiene Madrid, evidentemente por una cuestión de número de habitantes. Sin embargo, al ser una ciudad universitaria, en ese sentido, funciona muy bien en el teatro.

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