Marina Heredia y Manolo Sanlúcar le dieron ayer un magnífico regalo de cumpleaños a Federico García Lorca en el 110º aniversario de su nacimiento. En el Paseo del Prado de Fuente Vaqueros, en donde, en 1976, España tuvo su primera hora de democracia, la cantaora y el guitarrista ofrecieron un recital flamenco de primer orden, inspirado en los versos y en el espíritu del poeta. Consiguieron conmover al público, estrujar corazones y sacarle a la noche de la Vega de Granada todos sus colores. Fue flamenco del grande.

El 5 a las 5, como se conoce el homenaje anual que Fuente Vaqueros rinde a su más espléndido poeta, quería hacer un recordatorio, este año, del octogésimo aniversario de la publicación, en 1928, de Romancero gitano, sin duda el libro más emblématico y conocido del poeta, pero también el que más quebraderos de cabeza le supuso al convertir a Lorca en "el poeta de los gitanos".

Antes, como preludio al recital de Sanlúcar y Heredia, el director de Instituto Internacional de Teatro del Mediterráneo, José Monleón, un lorquiano apasionado, recibió en el patio de la casa natal el Pozo de Oro como reconocimiento a toda su trayectoria teatral y su divulgación de la obra y de la vida de Federico García Lorca.

Monleón recordó su primera visita a Granada y, especialmente, a Víznar. "Tras aquella visita me volví a Madrid con un sentimiento muy profundo. Lorca era un referente ético que no se podrá olvidar nunca, era un hombre que creía que éste era un gran país, un país democrático, culto, y de pronto se vio en el camino de Víznar. ¿Cómo es posible que una sociedad matase a Lorca?". "Tenemos suerte", añadió, "de que hoy tenemos democracia pero, ¡Dios mío!, que no salgan por ahí las Bernardas Alba que nos quitaron a gente como Federico", dijo prorrompiendo en llanto.

El granero de la Casa-Museo Natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros acogió la exposición Romancero gitano: 80 años de su publicación, que incluye la exhibición de las diferentes ediciones del libro y los dibujos que, expresamente, Federico García Lorca hizo para el ejemplar de su amigo Eduardo Rodríguez Valdivieso, un hombre al que Lorca llegó a escribir sus más atrevidas cartas de amor. Rodríguez Valdivieso le había pedido a García Lorca que le hiciera una dedicatoria especial a la copia manuscrita que él había hecho de Romancero gitano y el poeta le pintó unos deliciosos dibujos. Antes de su muerte, en 1997, Rodríguez Valdivieso cedió a la casa museo las diversas cartas que le escribió Federico García Lorca y los dibujos.

A la inauguración de la exposición acudieron, entre otros, el alcalde de Fuente Vaqueros, Antonio Almazán; el presidente de la Diputación, Antonio Martínez Caler; el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Pedro Benzal, y el director de la Casa Museo, Alfonso Alcalá.

Después del acto de entrega del Pozo de Oro, fue el turno de Manolo Sanlúcar y Marina Heredia, que bordaron un concierto flamenco de gran nivel ante el público asistente en Fuente Vaqueros. Cantaora y guitarrista desgranaron un concierto preciosista, pleno de quiebros sonoros y de cantes y toques perfectos.

Manolo Sanlúcar demostró por qué es uno de los grandes guitarristas flamencos de España y un hombre con una creatividad inquieta, sensibilidad a flor de piel e imaginación que explora por todos los vericuetos de la música. Arrancó con temas instrumentales propios y, luego, se sumó Marina Heredia interpretando las canciones del disco Locura de brisa y trino de Sanlúcar, inspirado en la obra de Lorca.

Marina Heredia, por su parte, se mostró a la altura de su acompañante, enseñó toda la furia y la ternura de su voz y encandiló a un público que esperaba lo mejor y encontró lo mejor en los dos. Una vez más, Lorca tuvo un homenaje único, esplendoroso, vívido y creativo como él mismo. Un homenaje hechos por poetas del flamenco.