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Dos tropiezos rubios y de alto 'standing'Un debut sensacionalVuelven la bella y la bestiaQuiero ser Robert SmithFavor por favor

  • Madonna y Scarlett Johansson, maltratadas por la crítica

Dos de las más deseadas sex-symbols, ambas de un rubio inmaculado, coinciden en las portadas de las revistas de tendencias con la publicación de sendos discos. Y coinciden ambos en ser maltratados por la crítica. Las dos son artistas icónicas a las que les cuesta diferenciar su obra de la imagen pública que proyectan. Ahí acaban los parecidos. Mientras que para Scarlett Johansson se trata de una especie de capricho, de fantasía pop que refuerza y complementa su imagen de indolente estrella inalcanzable, Madonna se juega parte de su status como reina del espectáculo con el suyo. Tal vez por eso se remarcan las diferencias. Donde una aparece insinuante, sugerente, introvertida y sensual la otra resulta procaz, desvergonzada, carnal y descaradamente sexual.

Desde la portada, Madonna apuesta por una imagen agresiva que sugiere deliberadamente la imaginería del porno más bizarro y barato. La Ciccone va con todo y pasa de lo erótico a lo hardcore. Sabedora de cual es el terreno en el que puede funcionar mejor, como un equipo grande que va perdiendo la final a diez minutos del tiempo reglamentario y saca a todos sus delanteros, la diva echa mano de nombres conocidos con garantías comerciales. Justin Timberlake, Timbaland, Kanye West, Pharrell Williams, The Neptunes... El objetivo: las pistas de baile sin pretensiones y las radiofórmulas para seguir reinando. El problema es que sonando a Madonna por los cuatro costados, el álbum carece de temas con gancho para devolverla a la primera línea de combate del pop del nuevo siglo. Intento fallido, y van quedando pocas oportunidades más. La industria del entretenimiento fagocitando a sus ídolos.

Más triste resulta el debut de la rutilante Scarlett Johansson. Si Madonna juega al hedonismo, la locuacidad y los ambientes nocturnos, ella prefiere lo sofisticado, lo reflexivo y melancólico. Va más con su personalidad. Pero el intento es igualmente fallido. Poco importa que el disco se lo haya preparado Dave Sitek, uno de los listos de la clase del panorama independiente (miembro de TV on the radio y productor de Yeah Yeah Yeahs), y que al repertorio no se le puedan poner pegas porque, mira tú por donde, está compuesto por enormes canciones de Tom Waits. A pesar de la coartada intelectual con que está concebido, el álbum es un ladrillo y la culpa la tiene la escasa voz y nula fuerza interpretativa de la Johansson. No iba a ser perfecta.

De Lourdes Hernández no pueden enumerarse más que elogios y parabienes. La última sensación de la escena indie deslumbra por su apabullante soltura. A sus 22 años ha sorprendido con un impecable debut. Su voz resulta tan cálida como poderosa y sus canciones te atrapan por su madurez, su sensibilidad y su maestría. Puede recordar a Regina Spektor o a Lisa Germano, a Eddie Brickell o a Hope Sandoval. Y con cualquiera de ellas podría resistir la comparación. A Fernando Vacas hay que atribuirle el mérito de la producción, y sobre todo, de habérnosla descubierto. Una delicia.

Mark Lanegan vive una fructífera etapa creativa. Si hace dos meses puso en circulación Saturnalia, un disco espeso y cavernoso, áspero y viscoso firmado por The Gutter Twins (su dúo con Greg Dulli, otro superviviente del grunge ), ahora despacha el segundo firmado con la ex Belle & Sebastian Isobel Campbell. Su voz de árbol milenario vuelve a contrastar con el terciopelo de ella en una colaboración inimaginable pero que funciona en perfecto ensamblaje. Soul arenoso, sencillos aromas bluessy o country y arreglos orquestales para un álbum sinuoso y agradable.

A la primera escucha crees que es una broma. Te da la sensación de que se lo podrías vender a un fan de The Cure como un recopilatorio de inéditos de los de Robert Smith. Sientes un impulso por vapulearlo pero, por alguna razón sigues escuchando y acabas descubriendo que estás ante un hermoso disco de pop. De los que hacen plantearse a Nick Horby si escuchas música pop porque eres un inadaptado con tendencias depresivas o si eres un inadaptado porque escuchas música pop. Menos luminoso que su predecesor, pero más creíble. Y a pesar de sus más que obvias referencias...

Servirá o no para algo pero es cierto que Bono se desvive por África y los grandes del continente devuelven el favor con este disco benéfico. Además de que lo recaudado ayudará a combatir la malaria, el sida y la tuberculosis, lo mejor es que Angélique Kidjo con Mysterious ways, Tony Allen con Where the streets have no name, Les Nubians con Whith or without you, Ba Cissoko con Sunday bloody sunday o Keziah Jones con One, llevan las más celebradas canciones de los dublineses a su terreno hasta hacerlas irreconocibles en forma de funk, rock adulto, dance, samba o afrobeat.

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