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Un superperro sin poderes

CON ironía, diversión y unos impagables personajes secundarios, los estudios Disney han creado Bolt, una historia con un agradable sabor añejo en la que un superperro en la ficción trata de usar los poderes que no tiene en la realidad.

Producida por John Lasseter -director de Toy Story (1995) o Cars (2006)-, Bolt es una entretenidísima película, deudora de series televisivas como Lassie y con guiños al cine de acción más hollywoodiense, que será sin duda un éxito navideño. Pero que se queda lejos de la que es la joya de este año -y no sólo del cine de animación-, Wall-E, también producida por Lasseter.

Con paralelismos con El show de Truman (1998), la nueva película de la factoría Disney es la historia de Bolt -con la voz de John Travolta en la versión original-, el superperro de una serie televisiva en la que se dedica a sacar de apuros a su dueña, una niña de 13 años llamada Penny (voz de Miley Cyrus).

Pero a Bolt le hacen creer que es realmente un superperro con poderes extraordinarios y desconoce que protagoniza una serie de televisión. Las complicaciones aparecen cuando Bolt cree que a Penny la han secuestrado realmente y trata de salvarla, como está habituado a hacer en esa ficción que él cree realidad.

En su aventura se encuentra con Mittens, una gata callejera y descreída, y con Rhino, un hilarante hámster que se adueña de la película cuando aparece en escena. Sin olvidarnos de un curioso trío de palomas que ayudan al protagonista. Con un dibujo de trazo limpio que recuerda al de Cars o Los Increíbles, la película juega con la acción y el sentimentalismo, una mezcla clásica del cine de animación, modernizada en este caso con una depurada técnica de ordenador.

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