Hay conciertos de calidad indiscutible, donde no hay lugar a las dudas, y uno de ellos tuvo lugar anoche, en el Palacio de Carlos V. Los artífices, maestros de la música curtidos en mil y una batallas, "caballeros andantes del piano español", como se le denomina a Joaquín Achúcarro.

Tres gigantes juntaron su talento y profesionalidad. Por una parte, la Orquesta de la RTVE, que ha celebrado su 50 aniversario en el Festival de Granada. Cumpleaños donde el mejor regalo fue recibir la Medalla de Honor del certamen granadino, más que merecido, en un acto que tuvo lugar por la mañana. Otro gigante, el pianista Joaquín Achúcarro, con su maravillosa versión de la Rapsodia para un tema de Paganini de Rachmaninov. Todo, bajo la batuta del director de orquesta israelí, Eliahu Inbal.

Todo cambia cuando, ante un patio completamente lleno, se espera una actuación estelar. La respiración se contiene y cualquier ruido molesta, excepto el volar de alguna paloma o ese cuco que desde que empezó el Festival, canta cada noche y su voz se escucha en todos los rincones de la Alhambra.

Joaquín Achúcarro demostró, una vez más, su categoría, su energía, sus cualidades innatas para una profesión tan dura como el piano. Es increíble su capacidad, sus buenas maneras, sus modales y su sencillez. Ver cómo doma ese "toro" que es el piano. "El piano es como un ser vivo, siempre te desvela algo que no conoces, yo sigo descubriendo cosas", comentaba antes del concierto este artista, nacido en Bilbao en 1932. La Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaminov es una de las obras favoritas de este intérprete sublime que ha tocado con más de doscientas Orquestas a lo largo y ancho del mundo. En cada concierto ha dejado su huella, su personalidad. "Esta obra es maravillosa, no entiendo que mucha gente la haya menospreciado", dijo.

Resulta entrañable ver a Joaquín Achúcarro con su mujer, la infatigable Enma Jiménez, también pianista como él, su mejor colaboradora y ayudante.

En la segunda parte del concierto, patrocinado por CajaGranada Fundación, el maestro israelí dirigió a la orquesta en la interpretación de la Sinfonía núm. 1 de Mahler, Titán. El concierto se emitió en directo en Radio Clásica, y a través de la UER se pudo escuchar en varios países europeos. TVE lo grabó para su próxima emisión en La 2.

El Festival reconoció ayer la trayectoria artística de la Orquesta y su vinculación con el certamen granadino con este galardón que han recibido formaciones musicales y artistas de la talla de Lorin Maazel, la Orquesta Sinfónica de Madrid, Daniel Barenboim o Maurice Béjart y el propio Joaquín Achucarro.

La Orquesta RTVE ha mantenido una larga y estrecha vinculación con el Festival de Granada desde su primera visita en 1971, con el maestro Odón Alonso. Desde entonces ha participado en 11 ediciones y ofrecido 23 conciertos.

Sonó de maravilla la Rapsodia para un tema de Paganini, Achúcarro lleva esta obra impregnada en todos los poros de su piel y disfruta interpretándola. Su romanticismo llega a lo más profundo del corazón. Un programa fabuloso para una noche de muchísimo calor donde la profesionalidad y la maestría fueron protagonistas indiscutibles.