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Ningún truco, todo química

  • El Parque de las Ciencias despide el Año de la Química con un espectáculo que aglutinó, en torno a unos cincuenta experimentos, a 600 estudiantes de 18 centros de Granada, Málaga, Jaén y Murcia

Cuando la ciencia supera a la magia es muy fácil encontrar a espectadores boquiabiertos. El año 2011 ha sido el año de la crisis y el de la indignación, pero 2011 también ha sido el Año de la Química. Una inmensa carpa en el Parque de las Ciencias acogió ayer un espectáculo de despedida por todo lo alto. Más de 600 alumnos de entre 7 y 14 años aprendieron, se maravillaron y rieron con química, esa asignatura a la que muchos temen pero que ayer les hizo soñar. Aunque antes de empezar hubo quien confundió a la Nobel Marie Curie con una antigua compañera de clase, pocos eran a la salida los que no querían seguir su ejemplo. Dos voluntarias decididas eran Lucía y Celia, del colegio CajaGranada, de sólo nueve años. Les faltaba tiempo para levantar la mano.

Organizado por el museo granadino y el malagueño Museo de Ciencia Principia, el espectáculo Química XXL se encontró ayer con un público entusiasta y para el que no se habían previsto asientos suficientes. Sobre el escenario, dos maestros de ceremonia poco usuales: dos científicos con bata blanca y pinganillo que manejaron probetas, tubos y líquidos como si fueran auténticos artilugios de magia. Marisa Aguilar y Carlos Durán se metieron al público en el bolsillo con experimentos que demostraban que "no siempre 1+1 es igual a 2 o la mezcla de dos líquidos incoloros da como resultado otro líquido incoloro". Ni el mismísimo Harry Potter hubiera superado ayer a estos dos químicos. Cambiaban el color transparente del agua por agua roja, verde, naranja y violeta gracias al truco del Arco iris -el preferido de Celia- o asesoraban sobre cómo fabricar Tinta de Camaleón con las hojas de una col lombarda. Posiblemente por primera vez en su vida alguien les animó a hacer un experimento en casa. "Si metemos las hojas en agua caliente saldrá el Tinte de Camaleón", decía Marisa. El resultado fue asombroso: al mezclar este tinte con vinagre salía un líquido morado. Con amoniaco, verde. Con aguafuerte, rojo. Con lejía, amarillo...

Burbujas, oro, roscos de humo. En total, unos cincuenta experimentos realizados con combustiones, reacciones, cambios de estado o nitrógeno líquido sorprendieron a los estudiantes que, como reconocían, cambiarían las pizarras de las aulas por espectáculos de este tipo a diario. Sería la forma de hacer cambiar de opinión a un grupo de niñas del instituto Valle de Lecrín que confesaban antes de comenzar preferir la Educación Física a la Química, "mucho más difícil". Durante la función, no les faltó la sonrisa a ellas tampoco: Elena, Bea, Cristina, Mónica y Carolina, de 14 años, disfrutaron como si asistiesen a un espectáculo de circo. De eso se trataba, de reacciones químicas. ¿Qué mejor reacción que pasar del aburrimiento a la alegría o de la incredulidad al asombro en un solo segundo?

El organizador de la jornada en el Parque, Javier Medina, lo explicó al comienzo. "Esta actividad es muy especial y por eso la hemos llamado Química XXL, porque es química a lo grande". Medina destacó la importancia de la química "desde que nos levantamos hasta que nos acostamos: la pasta de dientes con la que nos cepillamos, la ropa con la que nos vestimos, lo que comemos... La química está presente en nuestra vida cotidiana". El director del Museo Principia, Sebastián Cardenete, anticipó que aquello serviría para "pasar un buen rato de ciencia".

"Si no se explica parece magia", les contaba Carlos Durán. Y aunque lo explicara, también.

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