Abraham Yehoshua. Escritor

La voz del Mediterráneo

  • El autor israelí apuesta por una nueva época de entendimiento entre las tres grandes culturas para hacer frente a la amenaza de los musulmanes radicales.

Abraham Yehoshua dice que uno es de donde paga sus impuestos, lo que en una versión actualizada sería que uno es de donde evade sus tributos. El escritor israelí nació en Jerusalén, pero vive en Haifa escapando de una ciudad en la que la religión pesa tanto que puede llegar a aplastar a cualquiera. Procede de una familia sefardí expulsada de España hace siglos, pero no guarda un ápice de rencor y defiende que es un país que debe liderar el entendimiento entre los países de la cuenta mediterránea. Sentado cómodamente en una soleada terraza del Centro Lorca, en cuando se enciende la grabadora se transforma en una persona vehemente, que mueve enérgicamente las manos con una pasión de la que se retroalimenta conforme avanza en su discurso. Con tres libros publicados en España en la editorial Duomo Ediciones -El amante, El cantar del fuego y El señor Mani-, Abraham Yehoshua defiende que el conflicto es el espacio natural del escritor, como Thomas Mann cuando firmó La montaña mágica, con lo que a lo largo de su vida ha estado en el sitio propicio para pergeñar una obra que lo sitúa como uno de los autores imprescindibles de la literatura israelí. Ayer participó, junto a Ismael Diadeé y Abdellatif Laâbi en una mesa redonda organizada por la Fundación Tres Culturas dentro del ciclo Tres Festival. Voces del Mediterráneo.

-El 'Tres Festival, voces del Mediterráneo' recuerda a ese espacio mítico en el que se ha convertido con el paso del tiempo Al-Ándalus, como un ejemplo de convivencia entre musulmanes, católicos y judíos. ¿Qué tiene esta imagen de real y qué de idealización?

-Si existe un interés de alguna cultura para revivir esta convivencia ideal y armonía, Israel tendría que ser el país más interesado en revivir el mito de Al-Ándalus. Esta es la razón por la que me he desplazado hasta aquí, porque es algo primordial que mi país se adhiera a este concepto, porque estamos en un momento muy difícil de la cooperación entre las tres culturas. En el mundo islámico existe un caos, una guerra civil, los refugiados que quieren llegar a Europa y el rechazo de la derecha a esta llegada. Estamos hablando de que la derecha y el concepto cristiano están ganando terreno en Europa y en Estados Unidos. ¿Están escuchando lo que dice Donald Trump de los musulmanes? En Israel existe un conflicto entre los palestinos y los israelíes que ha llegado a adquirir tintes racistas en ambos casos. Así que este ideal de tres culturas coexistiendo y colaborando es vital hoy en día, porque estamos en un momento de choque entre las tres culturas.

-Habla del rechazo de la derecha a la llegada de refugiados. En el otro lado, la izquierda aboga por estrangular económicamente a Daesh y por la educación. ¿Es esta opción un cuento de hadas con la situación actual de Oriente Medio?

-La izquierda está confundida. Los inmigrantes y la población musulmana están entrando en un conflicto general con la población europea debido a los ataques terroristas. La izquierda está a la defensiva, porque dicen que hay que integrar a los musulmanes en nuestra sociedad y la derecha le recuerda los atentados y la inseguridad. Así que estamos en un momento extremadamente complejo y de hostilidad entre las tres culturas, por lo que es importante introducir este concepto en los países árabes para luchar contra el Daesh. Tenemos que acercarnos a los musulmanes moderados, en Andalucía hay muchos que proceden del norte de África y tienen la obligación de luchar de una manera vigorosa contra el yihadismo y el extremismo dentro del mundo árabe. Por otro lado, la izquierda debe luchar contra la derecha en Europa para combatir la islamofobia que se va extendiendo. En Israel parece que estamos llegando a un estado binacional, vamos a tener que vivir para siempre con los palestinos, así que debido a que estamos en un momento de crisis y de regresión tenemos que promocionar el concepto de las tres culturas como una respuesta al fanatismo islámico en todo el mundo.

-¿El hecho de que el Estado Islámico haya señalado entre sus enemigos tanto a Israel como a Hamás no puede suponer una alianza frente a un peligro común o los puentes están más que dinamitados?

-Hamás es un desastre. Tuvimos que evacuar el territorio de Gaza, hemos destruido los asentamientos, hemos sacado al ejército... Y en vez de que Gaza se haya convertido en un Singapur con todo el dinero que le ha llegado del mundo árabe, han construido túneles, han comprado misiles y luchan contra Israel como si tuviesen alguna oportunidad de acabar con los israelíes. Por eso existe el miedo en ceder Cisjordania, porque esto podría implicar ataques a ciudades como Tel Aviv. Han dañado el proceso de paz, pero estamos en un momento de choque de civilizaciones, así que tenemos que abordar este problema culturalmente, ya que los gobiernos no están abordándolo desde la política. Los intelectuales y los escritores tenemos la obligación de promocionar el entendimiento y la convivencia entre las tres culturas.

-Su presencia en una de las mesas redondas del festival tiene como objetivo mostrar cómo los libros han creado un imaginario común en todos los pueblos del Mediterráneo. ¿Esta identidad cultural está por encima de creaciones políticas como la Unión Europea?

-Tiene que estar por encima, el Mediterráneo es una zona conectada desde Turquía o Líbano a España, tenemos la misma latitud geográfica, los mismos recuerdos de Grecia y Roma, del mundo árabe, de los judíos... Este es el espacio geográfico que es la cuna de la civilización, todos tenemos que unirnos. Existe una identidad y un pasado común muy noble.

-¿El gran problema es el enfrentamiento entre chiítas y sunitas en buena parte del mundo árabe?

-Pero este no es el caso de Marruecos ni de Egipto, que es un buen socio de Israel y enemigo de Hamás, ellos están alejándose de los extremismos. Tenemos que combatir juntos a los yihadistas.

-Dicen que un optimista es un pesimista mal informado. ¿También un pacifista?

-En el Holocausto fueron asesinados seis millones de judíos, tenemos un pasado horrible y, pese a todo, seguimos siendo optimistas. La fuerza del Islam y el choque con la cristiandad va a destruir también a los judíos, así que tenemos que encontrar nexos de unión. En España hay tradición del Islam y del judaísmo, con lo que es un país más que apropiado para difundir estos valores, junto con países como Marruecos, Argelia o Italia. Todos juntos deben combatir el fanatismo religioso y la radicalidad de la derecha europea.

-Siguiendo con esta división ideológica, la izquierda española tiene fuertes lazos emocionales con el pueblo palestino. ¿Cómo lo ven ustedes desde Israel?

-Si están a favor de la creación de un estado palestino estoy con ellos, eso es justo lo que pensamos en Israel. No estamos en contra, al contrario, pero tienen que decirle a los palestinos que se sienten a negociar, que cuando el primer ministro de derechas israelí dice que está preparado para negociar, Mahmud Abbas [presidente de Palestina] tiene que recoger el guante. No estamos en contra del clima propalestino en Europa.

-¿Cómo tiene que integrarse a su juicio la religión en una sociedad madura?

-La religión hay que respetarla siempre y cuando no sea extremista. Cuando la religión conoce su sitio y no intenta imponerse es respetable, aunque yo no crea. La religión es también cultura, así que yo no estoy en contra, pero tengo que decir que tiene que respetar sus límites, los ciudadanos tienen que elegir libremente.

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