Análisis

Manuel Rodríguez Elvira

¿Evolucionamos o nos quedamos como estábamos?

Nos guste o no, es una realidad tangible que todo a nuestro alrededor cambia, por más que nos empeñemos en mantenernos en nuestra comodidad. La evolución nos permite adaptarnos a los cambios que se producen inexorablemente. Y si algo cambia a una velocidad de vértigo es la tecnología, y especialmente la aplicada a la medicina. Y también cambia la sociedad, sus aspiraciones, formas de relación y comunicación.

No se puede defender que proyectos planteados hace 20 años deban permanecer inmutables a día de hoy. He participado en tantos cambios en mis cuarenta años de vida profesional que a penas me acuerdo de lo que era vigente hace tan sólo una década. Y siempre ha sido para ir incorporando mejoras en los procesos de diagnóstico y tratamiento, así como en los procedimientos de relación con las personas enfermas y sus familiares y el respeto a la autonomía de los mismos.

Por eso no puedo sino sentir tristeza cuando veo que se está presionando para volver al pasado en la organización hospitalaria de nuestro entorno. Creo firmemente en la equidad y la eficiencia como principios básicos de una mejor atención a las personas que necesitan asistencia sanitaria. Y estoy convencido de que estamos caminando por esa senda cuando se plantea una disponibilidad de todos los recursos sanitarios para toda la población, con idéntica accesibilidad y sin restricciones debidas a su lugar de domicilio. Y estoy convencido de que los primeros pasos que se están dando ofrecen resultados muy positivos, aunque actualmente el bosque no nos deje ver el árbol.

En el cuidado de la salud, nunca tendremos disponibles todos los recursos que deseamos, y menos si dividimos los recursos limitados de que disponemos. En éstos últimos meses se ha avanzado mucho en la accesibilidad, equidad y eficiencia de la asistencia sanitaria a procesos tan frecuentes y graves como el ictus, el infarto agudo de miocardio, el politrauma... y en muchos otros menos graves.

Queda mucho por hacer en la atención de las urgencias, en las listas de espera, en la coordinación de los servicios, en el desarrollo de protocolos bien definidos y en la incorporación de nuevos procedimientos que completen la cartera de servicios hospitalaria. Pero las deficiencias y disfunciones no deberían oscurecer los progresos que se están produciendo.

Es muy importante tener claro hacia donde queremos ir: AVANZAR O QUEDARNOS COMO ESTÁBAMOS.

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