La pasada semana el tiempo regaló una estampa de la Alhambra poco común. Un manto de nieve cubrió los palacios del complejo monumental que se convirtió en lo más fotografiado de la jornada de Reyes. Ayer el aspecto era completamente diferente. Bajo un cielo nuboso la Alhambra pareció a ratos absorbida por el cielo ofreciendo un juego de luces impactante. Imponente tanto de blanco como de rojo.
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