Jesús Arias

'Almaa' recrea en danza la expulsión de los moriscos

Alumnas del Conservatorio Reina Sofía trabajan como una compañía profesional con María Rovira en un montaje que estrenan hoy en la Huerta de San Vicente

EL dolor también se puede bailar. Ésa es la propuesta de la coreógrafa catalana María Rovira que, durante un mes, ha estado trabajando con alumnas del Conservatorio Profesional de Danza Reina Sofía, de Granada, para montar una obra sobre la expulsión de los moriscos de España, hace ahora 400 años. El montaje, denominado Almaa ('Agua', en árabe) se estrenará esta noche en la Huerta de San Vicente, dentro de las actividades del FEX, y mañana en el Teatro Mira de Amescua de Guadix. Otra coreografía completará el espectáculo, Translados, en el que intervendrán las profesoras del Reina Sofía.

María Rovira, una coreógrafa que tiene en Barcelona su propia compañía, Transit Danza, y que suele ser la coreógrafa invitada del Ballet Nacional de Cuba y del Ballet Hispánico de Nueva York, entre otros, no dudó un momento en aceptar el ofrecimiento de Enrique Gámez, director del Festival Internacional de Danza de Granada, de que trabajase con las alumnas del conservatorio granadino. "En Granada hay un nivel altísimo en la danza", dijo ayer Rovira. "Granada debería estar muy orgullosa de este conservatorio porque las alumnas tienen el nivel suficiente como para formar una compañía juvenil.Yo, de hecho, las he tratado como una compañía de danza".

Cuando Enrique Gámez le habló a Rovira de que uno de los temas de los que trata el festival es la expulsión de los moriscos, ella se puso a investigar inmediatamente. "Almaa es una visión muy personal. Busqué información sobre la quema de libros de Bib-Rambla o la forma en que los moriscos tenían de bautizarse y desbautizarse. En la coreografía se trata el tema de la inmigración. Estas cosas están al orden del día. Hoy todo el mundo está emigrando. Me gustaba mucho el tema y quería que hubiese una implicación de las alumnas, porque cuando más sepan sobre una determinada historia, más se involucran a la hora de bailar".

La obra tiene música de Paz Sabater, una de las profesoras del Conservatorio. "Es una compositora mágnífica", resaltó Rovira, quien narró el argumento de la obra: "Comienza con la quema de libros en la Plaza Bib-Rambla y continúa con la emigración tras la expulsión, de la huida y de cómo todo el mundo tiene que ayudarse mutuamente para saltar el muro que los ayude a llegar al otro continente. Luego hay otra parte sobre la conciencia, el nombre, las manos". "A lo largo de toda la coreografía hay movimientos como si fuesen corrientes de agua. Me he inspirado en las fuentes de la Alhambra. En Granada siempre hay agua por todas partes".

Para Rovira, trabajar con las alumnas siempre le resulta muy positivo. "Es como aprender de nuevo", señaló. "Cuando estoy con compañías profesionales, la cuestión humana no cuenta. Todo el mundo sabe muy bien lo que tiene que hacer. Con las alumnas, sé que les estoy enseñando, pero recupero las ganas de volver a empezar".

La segunda obra que se interpretará esta noche es Translados, y está hecho para ocho bailarines, profesoras del conservatorio y miembros de la compañía de Rovira en Barcelona. "Es una obra más abstracta, más conceptual, que trata sobre el tránsito, el ir de un lugar a otro. Para las alumnas ha sido muy importante, porque han visto cómo trabaja una compañía".

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