La tribuna

Manuel Pezzi

La Autovía de la Costa, terminada

GRANADA necesitaba imperiosamente terminar esta arteria de vida que es la A-44 para darle consistencia al desarrollo del litoral granadino y conseguir el aumento de sinergia económica que supondrá trabajar juntos el Área Metropolitana de Granada y la Costa Tropical, las dos zonas más dinámicas e innovadoras de nuestra provincia, que quedarán ahora a 30 minutos. La Costa está consolidando su modelo de desarrollo económico y productivo para el futuro, basado en una agricultura moderna y exportadora, en un desarrollo industrial y logístico, apoyado en el Puerto de Motril y en su entorno, donde se están conformando: una extensa Zona de Actividades Logísticas, un Centro de Transporte de Mercancías y un Parque Empresarial promovido por la Empresa Pública de Suelo de la Junta de Andalucía; y un fuerte desarrollo turístico, que sobre el modelo tradicional configurado en Almuñécar, Salobreña y otros pueblos del litoral, trata ahora de poner a punto nuevos centros de turismo altamente competitivos y respetuosos con el medio ambiente, apoyado en puertos deportivos, campos de golf e instalaciones hoteleras de alto nivel.

Un nuevo modelo de desarrollo económico para Motril y toda la Costa que en los próximos días debe empezarse a fraguar también en un documento de planificación, como es el Plan Subregional de la Costa Tropical, que la Consejería de Ordenación del Territorio y Vivienda llevará a todos los Ayuntamientos, a los sindicatos y empresarios y a la ciudadanía, para que den aportaciones y pueda estar aprobado y en vigor en este año 2009.

Todas estas medidas necesitaban con urgencia que la autovía Granada-Motril estuviera terminada, porque era el cordón umbilical necesario e imprescindible para darle verosimilitud y solvencia. Nada de la planificación futura era ya creíble si no se terminaba esta autovía, retrasada muchos años, por el cambio de trazado que hizo el Partido Popular al desechar el diseño por el Azud de Vélez y llevarlo por la actual zona, muy complicada desde el punto de vista tectónico y de materiales, que ha obligado a sucesivos viaductos de gran complejidad técnica, además de la pereza habitual del PP en la ejecución de las obras de infraestructura, al menos en lo que conocemos de la provincia de Granada. También y no debemos ocultarlo, por el inesperado accidente, en mayo de 2006, que sufrió el puente de hierro sobre el Pantano de Rules, que obligó a replantear el modelo constructivo del viaducto y la celosía con un retraso de más de dos años sobre la fecha inicial de terminación. Este accidente quedará como prueba e investigación de los expertos, sobre modelos constructivos y dificultades en el lanzado de puentes, pero sin duda para todos los granadinos supuso una nueva frustración en una vía que tardaba demasiado. También frustración para el Ministerio de Fomento que había licitado la obra y esperaba de la empresa su entrega en la fecha acordada y para todos los que habíamos puesto tantas esperanzas en su pronta terminación, aunque culpar a los políticos de un accidente como este en una obra pública es el recurso de una oposición política descabezada y de los que no se paran a pensar cual es el papel del gobernante, que en ningún caso dirige la obra, ni la construye físicamente.

Terminada la autovía A-44, no podemos tener más que un momento de satisfacción, para inmediatamente seguir detrás de los siguientes tramos de la A-7 que quedan por finalizar, detrás de los estudios de la conexión ferroviaria, detrás de los nuevos puertos deportivos, detrás del Plan Subregional, detrás de la ciudadanía que sufre la crisis financiera y económica en la que estamos inmersos, detrás de los empresarios que necesitan de impulso y apoyo, al lado de las mujeres y hombres de esta nuestra tierra que necesitan del apoyo continuo para construir entre todos el mejor futuro posible.

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