Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

Sin Belén ni pastores

EN Navidad de bolsillos y neveras más vacías de lo habitual y en la que los regalos de Reyes más esperados para el año que comienza mañana son la subida de la luz, el gas, el agua y la hipoteca, la Iglesia ha decidido regalarnos algo también, algo que, sin duda, puede dejar a más de uno ciertamente asombrado.

Y es que ahora resulta que ni Jesús nació en Belén ni lo hizo en un pesebre con buey y mula ni había pastorcillos, como llevamos creyendo desde hace unos cuantos siglos. Reconozco que a mí me ha producido cierto impacto esta interpretación esnob que ahora da la Iglesia del nacimiento de Cristo. ¿Vamos a tener que hacer un Belén distinto en Navidad, vamos a tener que cambiar nuestra bucólica idea del nacimiento?

Por lo pronto, si usted quiere seguir las nuevas tendencias de Roma, deberá cambiar el nombre de su belén, que, a partir de ahora, deberá de llamarse 'Nazareth', puesto que parece que fue allí donde nació Jesús. Inmediatamente de tomar esta drástica medida, al situarse el nacimiento en un entorno más urbano, deberá hacer desaparecer en el cajón más próximo al buey, la mula y los queridísimos pastorcillos, ya que ni el niño nació en un pesebre ni por asomo había entorno pastoril alguno, sino ciudad pura y dura. Finalmente, si quiere ser el belenista más moderno deberá colocar al Misterio en una casa de carpintero, rodeado de tablones de madera, sierras y martillos, nada de paja, arbolitos, puentes, ríos con patitos y talco a modo de nieve. En fin, que nos quieren quitar lo más bonito de la Navidad, el nacimiento del Niño en un entorno dulce y evocador, rodeado de pastorcillos, animalillos y buenas gentes; nos quieren quitar que nuestros hijos se vistan de pastorcillos todos los años para hacer la función en el colegio; nos quieren quitar, en definitiva, todos nuestros referentes de unas fiestas en las que, desde niños, hemos vivido con más ilusión que cualquier otra del calendario.

Y ahora, que no nos vengan diciendo que son cosas accesorias y secundarias, que lo importante es creer y da igual poner un belén como el de hasta ahora que un 'nazareth' con las tres figuras solitarias inmigradas del campo a la ciudad, porque las tradiciones también son importantes y la consolidación de las mismas a lo largo de los siglos tiene la virtualidad de dar sentido a la comunidad en muchos aspectos.

Pues que sepan que muchos vamos a seguir poniendo a nuestro Misterio en el portal y entre pastores y animalitos, o sea, en el entorno feliz que la naturaleza proporciona, que ya la vida en la city trae bastante como para quitarnos esa imagen ensoñadora de Jesús. Feliz año.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios