Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Burladero socialista

Tras las tablas del debate los 'espadas' afilaron los estoques para terminar con el enemigo y tal vez con el partido

No me gustaría ser un militante del PSOE que mañana tuviera que decidir, en las primarias, a qué candidato elegir como secretario general del histórico partido, porque cabría la posibilidad de que estuviese firmando el acta de defunción del mismo. El escenario del debate del lunes que parecía montado por un apasionado por la tauromaquia, con tres burladeros -'burlaeros' lo llamarían los castizos- tras los que se defendían de las embestidas recíprocas Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, se asemejaba a una corrida de toros, digna de Picasso que era un apasionado de la llamada otrora 'fiesta nacional'. Con su tablado rojo detrás, los tres 'espadas', parapetados, afilaron los estoques para terminar con el enemigo y tal vez con el partido. Excepto Patxi López que parecía más moderado, pero no menos incisivo, los dos que encabezaban el cartel -Susana y Pedro, al que en algún comentario llamé Pedrín, por su gusto por la aventura variada- se lanzaron cornadas dialécticas recíprocas: "El problema no soy yo, eres tú', dijo la estoqueadora. "Rajoy sigue en la Moncloa, por vuestra abstención… Loprimero que yo haré será pedir su dimisión", dijo el segundo en cartel. "Lo malo de ti es que cambias demasiado: o sales delante de una enorme bandera española que ni Aznar utilizó o dices que España es una nación de naciones, culturales o lo que sea". Patxi aprovechó la ocasión para hacer un quite mortal, dirigido a Pedro: "¿Sabes lo que es una nación? Dime lo que es…"

Asistimos a lo mejor de la típica fiesta nacional, tantas veces detestada: Desplantes, pases de espalda, derechazos, naturales con la izquierda, filigranas tocando los pitones del toro picassiano. Pero, tras la faena de los tres maestros-maestras, con sus banderillas al quiebro, puyas sangrantes, sabíamos que estaban afilando sus espadas para la estocada final. Una estocada definitiva que darán mañana los militantes y que, tal vez, no necesite descabello. Las fiestas nacionales -la de los toros, la política, la sociedad y hasta la cultura- siempre son mortales, porque nos gusta demasiado a los españolitos la sangre. Lo que espero -y deseo- es que la fiesta no termine en tragedia. Que nadie muera en el ruedo ibérico, ni Susana, ni Pedro, ni Patxi. Y menos que corte las orejas o el rabo cualquiera de ellos, no tengan que arrastrar las mulillas al pobre astado, porque el animalito que están lidiando se llama Partido Socialista Obrero Español que, según la pizarra, tiene 138 años de edad. La gente, con pañuelos al viento, pide el indulto del tótem que los 'toreadores'-que diría don Próspero- han maltratado tan cruelmente en los últimos tiempos.

Que Dios o Pablo -el padre- reparta suerte mañana.

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