Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Canas rebeldes

Viejos y jóvenes tienen un problema común: no llegan a final de mes con sus pensiones o sus salarios

Las calles se han llenado de canas venerables, con centenares de miles de ciudadanos y ciudadanas reclamando que sus pensiones sean dignas y, al menos, como se proclamó en el Pacto de Toledo, mantuvieran el poder adquisitivo de su miseria. Se han apuntado a estas justas reivindicaciones los partidos de la oposición, conociendo el granero de votos que representan los afectados, mientras que el Gobierno intenta justificar que no hay dinero para repartir entre las clases que antes se llamaban pasivas, ignorando que ellas lo dieron todo, en su vida laboral, para el enriquecimiento de un país y, sobre todo, para el de sus jefes. Olvidan algunas siglas, como el PSOE, que fue precisamente un presidente socialista, Rodríguez Zapatero, quién congeló las pensiones, cuando vino con el rabo entre las piernas tras su visita en Bruselas a los euromandamases que le advirtieron que había demasiados pensionistas y con retribuciones muy elevadas -se escandalizaban algunos magnates que las pensiones llegaran en numerosos casos a los dos mil euros, aunque les pareciera muy bien las millonarias que les quedaban a ellos, a banqueros y a altos cargos de la costosa burocracia, privada u oficial-. Se fijaban en la Europa del Sur y así consiguieron rebajar las pensiones en Grecia hasta cerca del 50% o en Portugal.

Un ministro japonés llegó a decir que los viejos vivían demasiado. Estaba a un paso de buscar algún doctor nazi que les diera a los jubilados, junto con el reloj de despedida, la cápsula letal para pasar de la vida laboral a mejor vida y eliminar de raíz el problema. Porque ahí está el problema: duramos más. Por eso insisten en alargar la vida laboral. Algunos apostamos por seguir trabajando mientras tuviésemos fuerzas físicas y capacidad mental, lo que molestaba a las empresas porque les salía más barato contratar becarios. Una ley, también de Zapatero, cercenó esa posibilidad y luego la nefasta ley laboral de Rajoy dio la puntilla, con la facilidad de despidos, los ERE oportunistas y la rebaja de salarios. Con las leyes de Zapatero y Rajoy, viejos y jóvenes afrontaron un problema común: no poder llegar a final de mes con sus pensiones o sus salarios.

Es un serio problema, de hoy y de mañana, para viejos y jóvenes. Lo que no se puede hacer es que los pájaros metan la cabeza bajo el ala.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios