Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Candor y calor

Ala mitad justo del mandato municipal (y tras dos derrotas electorales consecutivas) el PSOE de la capital considera que ha llegado la hora de conocer los problemas de los granadinos, y ha convocado para el sábado una insólita "asamblea ciudadana" para que la gente se explaye. ¡Bendito sea! Yo no sé si el descubrimiento de la falta de empatía con los electores es producto de una larga y profunda reflexión política o de lo que en ciencia se denomina una serendipia, es decir, un descubrimiento inesperado y por accidente. Por ejemplo, estaba el secretario local José María Rueda sesteando debajo de un árbol y, zas, de pronto le cayó una manzana en la cabeza que, a su vez, le conmovió cierta zona cerebral que impulsó un racimo de neuronas que le revelaron que los políticos, sobre todo los que aspiran a ganar las elecciones municipales, deben saber antes cuáles son las inquietudes de las personas. Dicho y hecho. Por más increible que sea la hipótesis de la serendipia más lo sería que la idea fuera hija de la reflexión colectiva de todas las cabezas que forman la asamblea local.

No sé, chicos, pero suena un poco a risa que tras treinta años de experiencia municipal (muchos de ellos de gobierno) el PSOE, en su afán de corregir errores pasados, se haya remontado hasta el génesis, cuando Adán y Eva convocaron a sus hijos para preguntarles si sabían cómo se fabricaban los niños y qué era una quijada de burro.

Dice Rueda, con una ingenuidad que parece uno de esos cuadros naïf donde una niña llena de encajes y blondas mira asombrada cómo se le escapan sus globos de gas, que espera que los ciudadanos le expliquen en qué han errado. ¡Hombre, Chema, por favor! Nada más que con la historia de cómo se ha desmembrado el grupo cada vez que el partido ha perdido las elecciones, cómo se ha elegido candidato y qué campaña habéis hecho basta y sobra para escribir cinco tomos del tamaño de las novelas de Stieg Larsson. ¿Y si el problema no consistiera en desconocer lo que quieren los votantes sino en estar a la altura de ellos?

En cualquier caso no seré yo quien agüe una iniciativa tan candorosa y tan llena de buena voluntad como la del PSOE local. Ahora bien, una asamblea ciudadana a finales de junio y en sábado no tiene muchos visos de colgar el letrero de "no hay billetes" como en la corrida de José Tomás. Primero por el calor, la playa y el fútbol ese de la selección, pero sobre todo porque la gente en general tiende a la pasividad en política y si no acude ni a votar me temo que va a ser más complicado que vaya a contar sus problemas. Pero en fin, la obligación es la obligación. Y la devoción, lo contrario.

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