palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Chalaneo en Loja

SEA quien sea el alcalde de Loja a partir de hoy, sea cuál sea la marca ideológica de su gobierno, el turbio mercadillo electoral en que los partidos han convertido los votos de los ciudadanos constituye un espectáculo lamentable y siniestro que deteriora aún más la democracia representativa y desde luego alienta la apatía y la abstención. Y pone en evidencia que el papel que juegan los grupos minoritarios no es forzosamente el de árbitros de la ética política sino todo lo contrario. A veces no pasan de ser unos mercachifles de que contribuyen al triste chalaneo que desde hace años deteriora la práctica política. Recordemos: tras las elecciones del 22-M el partido más votado en Loja fue el PSOE (diez concejales), seguido del PP (con ocho) y, por último, con tres actas, Convocatoria por Loja (CpL). Desde el principio quedó claro que para elegir alcalde era necesario el concurso de los independientes. Y poco tardaron en abrir el mercadillo. Los concejales de CpL apostaron fuerte: estaban dispuestos a dar su voto a cualquiera de los dos partidos mayoritarios siempre que quitaran de en medio a sus candidatos a las alcaldías, Miguel Castellano, por los socialistas, y Leo Ruiz, por los populares. La exigencia era desmesurada, no tanto por torcer la voluntad de los partidos sino por constituir una burla a los electores.

Los ciudadanos nos hemos resignado a no elegir directamente a nuestros alcaldes y a conformarnos con votar a las listas cerradas que establecen los partidos, pero en Loja no ha ocurrido ni eso. Apenas veinte días después de las elecciones los dos partidos mayoritarios, en su afán de sumar la Alcaldía, han aceptado el chantaje de los independientes y han decidido apartar a las dos personas que han hecho la campaña, han explicado el programa y han prometido ser buenos alcaldes. Los han quitado de enmedio poco después de ser elegidos. Entonces ¿para qué sirve una campaña? ¿Qué sentido tiene elaborar una lista? ¿Qué pintan los ciudadanos cuando su voluntad es traicionada horas después y sólo sirve como calderilla para las apuestas en la timba electoral?

Porque si las exigencias de CpL para excluir a los dos candidatos que no le caían bien eran disparatadas la disposición del PSOE y del PP de apartarlos con tal de lograr la Alcaldía aún es más absurda. Primero se fue la candidata del PP y ayer lo hizo Miguel Castellano, del PSOE, de quien se rumorea que ya tiene una componenda en el aparato laboral de la Junta. La minoría tendrá hoy la palabra. Pero, como anotamos al principio, da igual quién gobierne. Lo que interesa resaltar más allá de la adjudicación arbitraria de la Alcaldía es el espectáculo indigno, la confusión y el mercadeo. Y eso sin saber qué ofrecimientos más ha habido para inclinar a un lado u otro la balanza, ese instrumento esencial para la compraventa a peso.

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