Las dos orillas

José Joaquín León

Chávez supera a Chaves

UN principio básico y clásico de la democracia es el de "un hombre, un voto". Presentado como garantía de la universalidad y justicia del sufragio, durante un tiempo lo del hombre se aplicó en el más riguroso sentido de la palabra, al modo de Bibiana Aído. Las mujeres no votaron por vez primera en España, en unas elecciones legislativas, hasta 1933. A partir de ahí, al decir lo de "un hombre, un voto" se aplica por extensión a las mujeres, sin necesidad de decir "un hombre y una mujer, un voto y una vota".

Pero la experiencia histórica ha demostrado que esto sólo es así en teoría. En las elecciones del pasado domingo en Venezuela se ha dado un caso portentoso, por culpa del sistema de circunscripciones. La oposición ha conseguido el 52% de los votos, pero sólo un tercio de los escaños (59 de la Mesa de la Unidad Democrática y 2 del PPT), mientras el PSUV de Hugo Chávez, con menos votos, obtenía 90 escaños.

A lo largo de la historia, diversos especialistas en mecanismos correctores se han esmerado en conseguir que un hombre y una mujer sean un voto cada uno, pero según. En Venezuela manejan a su modo el sistema de la ley D'Hondt, igual que aquí. El caso de Chávez supera al de Chaves, que ha gobernado en Andalucía tres legislaturas con mayoría absoluta (además de pactar dos veces con el PA), pese a que sólo superó el 50% de los votos una vez, en 2004, cuando obtuvo el 50,36%. Es cierto que en 1990, se acercó mucho, con el 49,82%. La última vez, que es la actual, o sea cuando se quitó de la circulación para irse en el AVE a Madrid y que pusieran a Griñán, el que ganó, que fue Chaves, consiguió el 48,93% de los votos, que le valieron para tener la mayoría absoluta con 56 escaños.

En Andalucía, el caso con más arte es el de José Rodríguez de la Borbolla, que obtuvo 60 escaños con el 47,13% de los votos en 1986; y la mayor goleada la consiguió Rafael Escuredo, que en 1982 ganó con el 52,77% de los votos, aprovechando que los ánimos estaban calentitos por el referéndum del 28-F. Después de Escuredo y Borbolla, el señor Chaves se comportó como un artista, a la hora de sumar victorias con más o menos mayorías. Aunque no se acercó ni de lejos al milagro de Hugo Chávez, consistente en tener 29 escaños más que sus opositores con menos votos que ellos.

Izquierda Unida, el grupo de los amigos de Hugo Chávez, defiende un cambio en la ley d'Hondt en España y Andalucía. Supongo que pensarán lo mismo ahora, después del récord de Libro Guinness que ha alcanzado el compañero en Venezuela. A su lado, nuestro Chaves es un aprendiz. Alcanzó mayorías absolutas con el 49%, pero Chávez ha conseguido que un voto valga casi como dos.

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