EL pasado martes, hoy hace una semana, estuve en Madrid para asistir al partido entre el Real y la Lazio de Roma. Lo mejor de todo, con diferencia, fue que por el hecho de ir acompañado de mi compadre Pepe Macanás tuvimos acceso a las entrañas del Bernabéu, dónde tuve la inmensa satisfacción de saludar y estrecharle la mano a personas como D. Alfredo Di Stefano, Gento, Santamaría, Amancio, Velázquez -que me contó una anécdota graciosísima de mi compadre Pachín, que me preguntó por nuestro equipo rojiblanco-, A.Ruiz...

Lo malo, sin duda, la segunda parte del partido, donde Schuster una vez más demostró que está muy lejos de lo que necesita un equipo como ése, no supo leer nada de lo que ocurría en el campo y sólo la inmensa calidad de los jugadores blancos y la anestesia de las victorias enmascararon las múltiples deficiencias tácticas del conjunto de la Castellana.

Lo peor, lo insoportable, fue leer en el diario Marca su portada al dia siguiente: ¡Un Madrid bestial! ¿Vale la pena perder la credibilidad profesional, con lo que conlleva de deterioro ético y moral, por un incremento de tirada? Yo creo que no, aunque los Ultra Sur sacaran una pancarta en contra del diario. No merece la pena engañar a los millones de personas que no asisten a los partidos.

A nivel local, es evidente que de lo que no se podrán quejar los directivos del Granada CF es del trato bonancible, comprensivo y constructivo de la mayoría, que en ocasiones les lleva a silenciar muchas cosas que en otros tiempos eran noticias impactantes. Lo que es innegable es que el equipo de Recogidas, en los últimos siete partidos, sólo ha obtenido nueve puntos de veintiuno posibles y a pesar de jugar dos partidos consecutivos en casa. ¿Cuál es el anestésico? Seguir entre los cuatro primeros.